Zaza Pachulia, el patito feo de los Warriors al que quieren hacer cisne

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

DEPORTES

Winslow Townson | Reuters

El pívot georgiano, el menos talentoso de Golden State, se cuela entre los favoritos al All Star de la NBA

16 ene 2017 . Actualizado a las 12:03 h.

«¿Creéis que fue un hackeo?» Con la que está cayendo en Estados Unidos, a Zaza Pachulia no se le ocurrió una explicación mejor a la avalancha de votos populares que amenazan con poner en el All Star del próximo mes de febrero al jugador menos talentoso del rutilante quinteto inicial de los Golden State Warriors. Pachulia, un georgiano de 32 años que se aplica en diferentes escuelas de negocios para obtener su máster mientras apura su carrera profesional en la NBA, debe de ser consciente del contexto político que le envuelve, pero más aún del baloncestístico: el rocoso pívot sabe que no es un All Star, pero el patito feo de los Warriors conoce su rol y sabe que lo valoran.

A medio camino entre el orgullo nacional de Georgia y el trolleo en redes sociales, Pachulia se ha convertido en el segundo jugador interior más votado de la Conferencia Oeste para jugar el Partido de las Estrellas en Nueva Orleáns. Pero las votaciones populares ya sólo son el 50 % de lo que se necesita para ser All Star esta temporada. La opinión de entrenadores y jugadores compondrán el restante 50 %, y ahí es improbable, por no decir imposible, que Zaza recabe los apoyos necesarios. La NBA implantó esta norma, que el Warrior Draymond Green bautizó como la «ley de Zaza», para evitar estas excentricidades. Es el segundo año consecutivo que Pachulia se ve envuelto en esta broma masiva.

El pívot de Golden State juega apenas 18 minutos por noche, con 5 puntos y 5 rebotes de promedio. Muy lejos de las cifras de jugadores como DeMarcus Cousins o Marc Gasol, a los que supera en votos. «No preocupa la fama o el dinero que supone el All Star, sólo agradezco el cariño», dice Pachulia en estos días. Tras 12 años en la NBA, al europeo parece importarle mucho las dosis de autoestima que está recibiendo en su etapa reciente, primero con los Dallas Mavericks y ahora con los Warriors. Pachulia no es un jugador espectacular: no salta, no hace mates, no pone grandes tapones. Su peinado pasado de moda y una pronunciada frente que le confiere un aspecto frankensteiniano hacen de su físico un cliché del pívot grandote  de la Europa del Este. Cuando hace unos años se dirigió a la enfervorizada afición de Atlanta Hawks desde el centro de la pista, micrófono en mano, feliz por forzar el séptimo partido en su eliminatoria de play offs contra los Celtics campeones del 2010, Zaza conoció por primera vez el significado de ser viral.

EZRA SHAW | Afp

En Atlanta se reivindicó tras un paso corto por los Milwaukee Bucks, donde se estrenó en la NBA. Pero fue en su única temporada en los Dallas Mavericks donde Pachulia se sintió como capaz de mirar a los ojos al resto. «Nunca había jugado con veteranos como Dirk Nowitzki. Cada vez que hacía una buena jugada, el entrenador me decía: ‘Bien hecho’». Promedió 9 puntos y 8 rebotes y, el pasado verano, se frotaba las manos a la espera de su último gran contrato. En cambio, aceptó apenas 2,6 millones de dólares de los Warriors, lo máximo que podían ofrecerle tras el fichaje de Kevin Durant, seducido por la posibilidad de ganar el anillon de campeón. «Cuando lo fichamos, estaba casi tan contento como cuando conseguimos a Durant», dijo Steve Kerr.

Los Warriors valoran la dureza que ofrece Pachulia a un equipo de tiradores y estilistas, su capacidad reboteadora, su más que aceptable habilidad pasadora y sus duros bloqueos (el georgiano reclama una clasificación estadística de las pantallas que acaban en canasta, porque cree que la lideraría). «Puede ser entrenador cuando se retire», dice Kerr sobre cómo lee el baloncesto. «La gente cree que es fácil jugar con superestrellas, pero no lo es», explicaba Pachulia cuando, en las primeras semanas de competición, escuchaba murmullos en el pabellón de los Warriors cada vez que cometía un error. Ahora, incluso se atreve con pases sobre su cabeza desde campo propio para un contraataque de Steph Curry. La autoestima de Pachulia agradece más los cumplidos de su entrenador que los cientos de miles de votos de internet.