El campeón no tiene patrocinador

Marta de Dios Crespo
MARTA DE DIOS LUGO / LA VOZ

DEPORTES

BENITO ORDOÑEZ

Pese al oro de Río, Cristian Toro carece de un espónsor propio, con el único respaldo económico de las becas deportivas y el premio por el título de Brasil

25 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando los focos olímpicos se apagan y los deportistas se bajan del podio, el resplandor del medallero se ensombrece con la cruda realidad. No pasa en todas las disciplinas, pero sí en las más necesitadas. Cristian Isaac Toro terminó el verano convertido en un referente del deporte nacional tras proclamarse campeón en los 200 metros del K-2. Es el único gallego que se ha colgado un oro al cuello en la última cita olímpica y busca patrocinador. «Tengo marcas que colaboran conmigo, facilitándome material para entrenar o para competir. Les estoy muy agradecido, pero necesito una firma que apueste fuerte por respaldar mi carrera deportiva», comenta el palista.

Vive exclusivamente de lo que ingresa a través del deporte. Becas que recibe de la Xunta y del programa ADO (dependientes de las federaciones y del Consejo Superior de Deportes). Este ciclo olímpico estará «algo más desahogado» gracias al premio por la medalla y a la beca extra que llegará en reconocimiento de su esfuerzo olímpico: «En principio creo que se notará a la hora de afrontar los próximos cuatro años, aunque no empecé a percibir nada de eso».

El caso de Toro remite al del anterior gran símbolo olímpico del piragüismo gallego. Después de sus dos medallas de los Juegos de Atenas 2004, también David Cal tardó en encontrar un patrocinador principal que le aportase tranquilidad para dedicarse a un deporte en el que los ingresos escasean.

«Si encontrase un patrocinador gallego sería una alegría enorme. Un reconocimiento muy bonito a tanto esfuerzo y además estaría encantado de llevar su marca por el mundo adelante», confiesa Toro. Aunque nació en Venezuela (1992), se vino a Galicia con ocho años, donde tenía familia por parte de madre. Creció como deportista en el Fluvial de Lugo y las raíces que le unen a la comunidad autónoma son fuertes, aunque por supuesto, el origen gallego no es requisito indispensable para apoyarle.

Toro coge el teléfono en pleno entrenamiento. Es difícil pillarle en otro momento, porque dedica al piragüismo todas las horas que puede. Su jornada comienza a las 9.00 horas y no para de ejercitarse hasta las 13.00. Hace una pausa a mediodía, en un tiempo que destina a comer y a descansar mínimamente para afrontar la sesión de tarde. A las cuatro y media de la tarde ya ha vuelto al trabajo y dedica otras dos horas. 

Tiempo para estudiar

Con las oposiciones de policía en la cabeza, el piragüista vivariense se queda un momento en silencio para reflexionar sobre el tiempo que podrá dedicar a formarse: «No quedará otra que dedicar mis horas de descanso. En cuanto apruebe, empezaré en la academia, que son seis meses y tendré clase entre las 18.30 y las 20.30 horas».

Oposita a policía: «Por vocación, pero sobre todo para asegurarme un futuro»

Combinar la carrera deportiva con la vida de policía no es ninguna rareza. En su entorno inmediato, el piragüismo, Cristian Toro encuentra varios ejemplos: Saúl Craviotto es el más obvio. El compañero de embarcación de Toro vestía ya el uniforme antes de ir a Río de Janeiro. El palista catalán se proclamó campeón olímpico en la distancia de 500 metros en la cita de Pekín. Su compañero entonces, Carlos Pérez Rial, Perucho, también era policía. Toro explica qué le empuja: «Lo hago un poco por vocación, creo que siempre la tuve, pero sobre todo para asegurarme un futuro».

Otro piragüista, Javier Hernanz, también acudió a Río cuando ya había superado las oposiciones a agente. Y en la disciplina de tiro olímpico se vieron casos similares, como los de Pablo Carrera y Sonia Franquet. «Antes desde la Federación se ofrecían diferentes ayudas a los deportistas que querían opositar e incluso ponían un tutor para prepararlas, pero ahora ya no», comenta el palista gallego. 

Ayuda para los agentes

Una vez conseguida la plaza de policía, la cosa cambia. El Consejo Superior de Deportes facilita desde mediados de los ochenta la labor de los policías olímpicos y, en general, la de los agentes que compiten en diferentes ámbitos nacionales e internacionales. El objetivo de la ayuda es favorecer la práctica del deporte y que los agentes compatibilicen su profesión con el deporte al más alto nivel. Como Craviotto, como Perucho y como posiblemente Toro.