Carlos Gil: «Esta camiseta genera un ADN ganador»

DEPORTES

CESAR QUIAN

Sumó otro título a su palmarés con un más difícil todavía, pero cree que no será el último

20 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada año con las primeras flores a Carlos Gil le toca la difícil misión de lograr la cuadratura del círculo. Varios jugadores amenazan con abandonar la nave del Liceo y hay que ponerse las pilas para recomponer la plantilla meses después. Y lo logra. Cuanto más difícil parece la empresa, más se supera. Esta temporada no iba a ser una excepción. Tras la marcha de los hermanos Bargalló, Germán Nacevich y Oriol Vives, llegaron Marc Coy, Magalhaes, Di Benedetto y Grasas. Y como si nada hubiera pasado, el conjunto coruñés volvió a ganar. Lo hizo el pasado fin de semana en Reus, al conquistar por primera vez en su historia la Supercopa de España.

-¿Cómo llegó este primer título de la temporada?

-Aunque la pretemporada fue muy cortita porque no hay medios económicos para moverse (solo jugamos cuatro partidos), las sensaciones que percibí en los entrenamientos y los amistosos fueron muy buenas. Tenemos una plantilla muy compensada en la que existe mucha igualdad, por lo que apenas hay diferencia entre que estén unos u otros en pista. Y eso lo hicimos valer allí. Íbamos un poco de tapados y acabamos ganando. Así de sencillo y a la vez difícil.

-Y los nuevos demostraron que tienen piel para no arrugarse en Cataluña.

-Eso es algo importante, sí. Disponemos de jugadores con diferentes habilidades, que nos permiten variar situaciones. Hemos fichado juventud y osadía, pero también veteranía con el regreso de Grasas. Además, creo que va a ser el año de un joven portero como Malián, que está llamado a llegar a la selección. Y lo que usted dice, tenemos una plantilla que no se arruga.

-¿Cuál será el próximo que se vaya?

-O los próximos (se ríe). Eso nunca se sabe. A ver cuánto tiempo nos duran estos. Pues seguro que Carballeira o Benedetto tienen pronto importantes ofertas.

-¿Cómo consigue superarse cada año después de que le deshagan el equipo?

-Hay dos cosas principalmente. Lo primero es que estamos todo el año atentos a lo que se mueve por ahí. No paramos de mirar en ningún momento. Y luego está el hecho de que a los jugadores les apetece venir al Liceo. Saben que aquí vienen a crecer, a trabajar duro, a coger el nivel y a dar el salto. Y que cuando vienen aquí es porque otros tampoco los quieren (más risas). Al final, sirve de trampolín para que todos vayan a otro lado. También es importante tener esa legión de gente que tenemos detrás. Porque, más allá de los que puedan ir cada semana al Palacio, mucha gente está pendiente del Liceo y cuando nos jugamos algo están ahí.

-Pasan los años, los jugadores, pero Gil sigue ahí con una clara apuesta por el hockey de ataque.

-Tengo una filosofía de juego, que es la de vida. Creo que para tener éxito hay que arriesgar. El riesgo tiene que ser controlado, pero sin él no se consigue nada. Tenemos una máxima que es que cuando no tenemos la bola debemos correr mucho para robarla y luego lanzarse a la contra. Pero nos gusta dejar gente arriba y buscar un hockey vistoso. También es un poco una obligación, porque pienso que si a la gente le aburre tu juego, deja de ir a verte y al final no sirve de nada ganar cosas. Esta camiseta genera un ADN ganador, que tanto sirve para conquistar títulos como para practicar un hockey atractivo y ofensivo.

-Vamos, que el que llega nuevo sabe a lo que viene.

-Lo sabe el que llega nuevo y lo saben los rivales. Como quien dice, nosotros retamos a los rivales: «Oye tú, nosotros jugamos a esto, si quieres ganarnos, ya sabes lo que tienes que hacer, venir a por nosotros, porque no te vamos a regalar nada». De momento nos ha ido bien.

-¿Con la Supercopa se elevan las exigencias o hay que tener en cuenta que la plantilla vuelve a ser nueva?

-Pienso que habrá altibajos. Es normal. Pero nosotros nunca nos escondemos diciendo que estamos cómodos en mitad de la tabla. Nos exigimos luchar por todos los títulos. Luego, la competición pondrá a cada uno en su lugar.