Se enfrentó al joven británico Kyle Edmund en la cuarta ronda, al que ganó en tres sets, y al francés Jo-Wilfried Tsonga, noveno cabeza de serie, que tampoco pudo concluir el partido al retirarse por lesión en la rodilla izquierda al comienzo de la tercera manga.
Su triunfo en la semifinal fue ante otro tenista francés, Gael Monfils, décimo favorito, que trató de desarrollar la estrategia de dejar ganar a Djokovic en los primeros sets para que se confiase y no le resultó frente al número uno del mundo que ante un rival serio y en plenitud lo superó siempre en todas las facetas del juego.
No pudo comenzar mejor Djokovic al ponerse con parcial de 3-0 en la primera manga tras romperle el saque a Wawrinka en el segundo juego, pero el tenista suizo para nada se inmutó y comenzó a consolidar su juego de luchar cada tanto y hacer buen resto, lo que le permitió que en el noveno le hiciese el «break» a su rival.
La experiencia de Djokovic y su acierto con el saque fue lo que hizo que barriese a Wawrinka en el «tiebreak» y se quedase con la primera manga.
A pesar de perderla, Wawrinka comenzó la segunda pleno de concentración y confianza, mientras Djokovic seguía lleno de dudas con su saque lo que hizo que en el cuarto juego lo perdiese para un parcial de 1-3 favorable al tenista suizo que esta vez no cedió el suyo y aseguró el set y el empate a 1-1 en el marcador.
El tercero siguió con la misma tónica, un Wawrinka cada vez más crecido en su juego ante Djokovic que tenía problemas para colocar su primer saque lo que hizo que el tenista suizo lo aprovechase de nuevo y le hiciese el «break» en el segundo (0-2).
Pero esta vez Djokovic si reaccionó y en el quinto consiguió hacerle la rotura a Wawrinka y ambos se fueron al empate a 5-5.
Cuando todo parecía que se llegaría de nuevo al desempate, Wawrinka hizo sus mejores restos para sorprender a Djokovic en el duodécimo y romperle de nuevo el saque y asegurarse la manga (2-1).
Ahora todo estaba bajo control de Wawrinka que tenía mejor tenis más reservas físicas y sobre todo más convencimiento de la victoria que comenzó a asegurar al comienzo del cuarto set con otra rotura más del saque de Djokovic en el segundo juego y ponerse arriba 3-0.
Djokovic intentó no darse por vencido y aunque ganó el cuarto juego y luchó por hacerle el break en el quinto, el nuevo campeón mostró su clase y con excelentes golpes de revés aguantó la presión para ponerse con 4-1.
A partir de ese momento, Wawrinka se convenció que lo único que tenía que hacer era guardar energías, asegurar su saque, y esperar a que toda la presión y acciones arriesgadas llegasen de parte de Djokovic, como el revés que intentó en la primera pelota de partido que tuvo el nuevo campeón, que se convirtió en un error no forzado que puso el final del partido.