Lopetegui convence en sus dos primeros asaltos

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ELOY ALONSO | Reuters

La selección española recupera la sonrisa y se rearma para un duro camino hacia el Mundial de Rusia 2018

06 sep 2016 . Actualizado a las 17:02 h.

«Hay motivos para creer», proclamó el delantero Álvaro Morata el lunes por la noche. Parece que la selección española de fútbol tomó el mensaje del jugador del Real Madrid para recuperar la sonrisa y la fe en un futuro mejor, después de dos partidos de nuevo ciclo. Bastaron 180 minutos para que se produjera la metamorfosis. Tanto anímica como profesional. Fue el debut soñado de Julen Lopetegui, el nuevo seleccionador, quien asistió desde el banquillo a un prestigioso triunfo ante Bélgica en un amistoso jugado en Bruselas el jueves (0-2) y a una goleada 8-0 ante Liechtenstein el lunes, en el primer paso de un duro camino hacia el Mundial de Rusia 2018.

«Los cambios a veces son buenos. Esta generación venía de ganar todo, y a veces es difícil dar con la tecla», explicó Morata sobre las buenas sensaciones transmitidas por un equipo que afronta el inicio de una nueva etapa tras dos años de decepciones. España es un país que pasa del cero al infinito, y viceversa, en cuestión de un segundo, pero también es verdad que la selección ofreció razones para creer.

Liechtenstein es una selección muy pobre, pero tampoco es fácil marcar 8 goles, siete de ellos en la segunda parte, como hizo España. No se conformó con una pequeña cifra, sino que siempre fue a por más, consciente de que necesitará los goles en una clasificación directa que puede decidirse por el golaveraje. Y Lopetegui también dejó su sello al pasar a defender con solo tres zagueros, propiciando un mayor caudal atacante.

Diego Costa fue el reflejo del renovado optimismo de la selección española, campeona de las Eurocopas 2008 y 2012 y del Mundial 2010 pero que cayó en la fase de grupos de Brasil 2014 y en los octavos de Francia 2016. El delantero hispano-brasileño, muy criticado siempre, hizo dos goles -uno más de los que llevaba hasta ahora con la camiseta roja- y se resarció de malas actuaciones. «Lo que más me dolía era que no estaba jugando bien, porque si uno está participando en algún momento iban a salir las cosas. Me estaba adaptando mejor con la selección y sabía que el gol iba a llegar», comentó.

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Mientras, Lopetegui confirmó que sigue confiando en lo que dio éxitos, un estilo agarrado al buen manejo de la pelota, sólo que exigió mucha más intensidad. Ahora lo que está por ver es si esas buenas sensaciones se mantienen con el tiempo o si el equipo regresa a pasados «vicios», a días recientes en los que era incapaz de mantener una línea regular de juego y resultados. «Estoy contento con el rendimiento, por haber hecho un buen partido. Hemos hecho una buena segunda parte, pero también diría que una buena primera. Son los primeros 3 puntos y es importante estar bien, pero todavía queda todo», manifestó tras el encuentro.

No habrá que esperar mucho, pues la selección española volverá a jugar el 6 y 9 de octubre dos nuevos partidos de la clasificación para el Mundial. Y en principio serán los más exigentes, pues visitará a Italia y Albania, los dos equipos teóricamente más fuertes de todo el Grupo G. «No te la juegas, pero es un partido en el que tenemos puesta mucha ilusión y ganas. Pero todavía queda un mes», apuntó. Al menos, la selección española afrontará estos encuentros con un optimismo renovado, lo que no le viene nada mal después del aluvión de críticas recibidas tras la Eurocopa y el poco entusiasmo que provocó el nombramiento de Lopetegui. En el fútbol, dos partidos son suficientes para pasar de la depresión a la euforia.