Yates revolucionó los cañones del Sil

Luis Manuel Rodríguez González
luis m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

DEPORTES

santi m. amil

El británico de Orica venció en la escaramuza decisiva y Atacuma mantiene su liderato en Luíntra

27 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La penúltima singladura gallega en la actual edición de La Vuelta estaba planteada como una disputa de guerrillas y en ese río revuelto fue el británico Simon Yates el que supo como moverse en las quebradas y retorcidas carreteras de la Ribeira Sacra, para anotarse un triunfo de prestigio en Luíntra, en plenos cañones del Sil.

Pese a que el alto de Alenza era la única cota puntuable (segunda categoría) para el gran premio de la montaña, el desnivel acumulado era de 3.000 metros y los protagonistas eran conscientes de que el esfuerzo podía pasar factura, sobre todo con temperaturas que superaron los 30 grados en muchos momentos.

Aún así, nadie regateó esfuerzos y la primera hora alcanzó altas velocidades, antes de que uno de los favoritos de la carrera, el colombiano Miguel Ángel López, pusiera pie a tierra, debido a los efectos de la caída que sufrió en la tercera etapa. Fue poco antes del kilómetro 45, cuando cuajó la fuga de la jornada, con once hombres entre los que destacaba José Mendes, a solo 2.51 del líder en la clasificación general.

De hecho, los escapados se consolidaron con ventajas de más de dos minutos, pero en el kilómetro 100 cambió el ritmo la formación australiana del Orica, que parecía dispuesta a jugarse las bazas de Gerrans y Yates. Con la distancia controlada, fue decayendo el colchón de los fugados y Omar Fraile (Dimension Data) se marchó en las faldas del Alenza, para coronar con más de un minuto sobre cinco perseguidores y casi tres sobre el pelotón.

La brecha del combativo vasco se esfumó en todo caso en la bajada y en el kilómetro 143 fue alcanzado por Mathias Frank (IAM), Jan Bakelants (AG2R) y Andrey Zeits (Astana). El primero de ellos fue el que intentó aprovechar las curvas y recovecos del tramo final, pero a cuatro kilómetros de meta fue el Movistar Dani Moreno el que capitalizó el golpe de mano que parecía definitivo, pero se llevó a su espalda un mal compañero, como era Yates, ya declarado como la apuesta final del Orica.

El de Manchester no tardó en dar caza a Frank y marcharse en pos de su trabajado triunfo, mientras que los hombres rápidos del pelotón se veían sorprendidos e incluso el propio equipo telefónico, que había entrado con paso firme en la última fase de la carrera. Más plácida fue la jornada del BMC y del líder de la ronda hispana, porque Darwin Atapuma entró con el resto de los aspirantes al triunfo, a 22 segundos del ganador y no tuvo problemas una jornada más para retener el maillot rojo. Van ya tres consecutivos que se viste el colombiano, antes de que la caravana de La Vuelta traslade sus bártulos a Maceda.

Será la despedida de Galicia y de un terreno abonado para batallas entretenidas, aunque esta vez no pilló con el paso cambiado a ninguno de los candidatos al podio de Madrid, que en todo caso estuvieron muy atentos a lo largo del desafío.

Valverde se queda sin triunfo de etapa por el desgaste final

Para Alejandro Valverde la etapa de ayer estaba marcada como una de las posibles en las que se podía adjudicar la victoria de etapa, uno de sus objetivos en La Vuelta, pero a pesar de la fuerza de su equipo no pudo ser y terminó octavo. «Al final no se ha podido ganar, pero se ha intentado. Hemos tirado mucho y al final los líderes hemos quedado un poco solos, algo lógico por el desgaste», manifestó el corredor del Movistar. La idea del equipo era atacar al grupo de cabeza con su compañero Dani Moreno, quien finalmente estaba más fresco que el murciano para intentar el ataque a Mathias Frank. «Hemos salvado otro día importante sin problemas y eso es lo que realmente importa», concluyó.

Tres puertos de tercera categoría en la despedida al territorio gallego

Una villa con empaque ciclístico, aunque más cercano últimamente al BTT, como es Maceda dará la salida a la séptima entrega de La Vuelta, con meta en Puebla de Sanabria, después de 158,5 kilómetros de distancia. Se trata de otro trazado sinuoso por buena parte de la provincia que Ourense, que puede premiar a los más intrépidos, por ser terreno abonado a las fugas, incluyendo tres altos de Tercera Categoría, Allariz, Fumaces y Padornelo, este último ya a solo 18,5 kilómetros de la meta. Aún así, los hombres más rápidos apostarán por esprint masivo y sus equipos intentarán preservar a aquellos capaces de superar la media montaña.