La plata de España en los Juegos es un éxito rotundo, aunque no es inesperado. Estas gimnastas ya llevan bastantes años juntas y en los últimos meses ya habían hecho una temporada impecable. El año pasado fueron bronce mundial y este año lograron el oro en la Copa del Mundo de Guadalajara. Esa regularidad que han tenido a lo largo del último año les ha aportado una confianza tremenda. Fueron a Río buscando medalla y lo han logrado. Durante sus ejercicios veías que no se movían para recoger el aparato, las dificultades iban clavadas. Además, levantaron mucho el pabellón porque en el ejercicio de cintas llevaban música de samba y el público estaba con ellas.
Las entrenadoras compusieron ejercicios muy buenos a nivel técnico y artístico y en ejecución fueron mejores que las rusas, ya que de los cuatro ejercicios que hicieron entre la preliminar y la final no fallaron nada, algo que sí les sucedió a las rusas. Para mí, España habría merecido el oro por su regularidad. Las rusas en las cintas el sábado tuvieron algún error y ayer también estuvieron imprecisas.
Si algo asombra de las gimnastas españolas es la tranquilidad con la que salen al tapiz. Se nota que llevan tiempo trabajando juntas. En ningún momento se las vio dudar, algo que sí sucedió con las rusas, que quizás tenían más presión.
Probablemente nos encontramos ante una nueva era de la rítmica española. Desde Londres el trabajo que se ha estado haciendo a nivel nacional es espectacular. La muestra es este subcampeonato olímpico o la gran competición individual que hizo Carolina Rodríguez, que fue diploma olímpico. Y lo mejor de todo es que hay margen de mejora.
Rebeca Freire es entrenadora del club Acordes