Disputó 11 partidos y pasó 23 horas en pista durante sus siete días de competición en Río
16 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.«He dejado todo y más de lo que tenía, por eso me voy muy satisfecho de mi participación en estos Juegos». Fueron las primeras palabras de Rafa Nadal poco después de concluir su participación en la cita planetaria de Brasil. Acababa de terminar su partido contra Nishikori, en el que se le escapó de las manos la medalla de bronce cuando había remontado un set de desventaja. Al japonés le dio por meterse entonces en el vestuario y nadie impidió que enfriase a su rival durante casi 12 interminables minutos. El choque se prolongó hasta las dos horas y 49 minutos. Era el último atracón en un maratón de siete días en los que disputó 11 encuentros -entre el cuadro individual y dobles- y pasó 23 horas en pista. Carlos Coira, quien fue el preparador físico de los tenistas en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra, se encarga de analizar esta proeza, tal vez, algo menos visible del campeón español.
¿Qué es lo más sorprendente en esta exhibición del balear?
«Nadal es un deportista con unas capacidades físicas fuera de toda duda, pero en esta ocasión ha realizado algo que sólo está a su alcance. Porque lo más llamativo es el poco rodaje que tenía antes de presentarse en Río», comenta Coira, quien agrega: «De hecho, hasta última hora estuvieron analizando si podía competir. Y luego terminar haciendo lo que ha hecho es admirable. Otros habrían tirado la toalla en muchos partidos, en muchos momentos complicados que se le plantearon, pero él siguió peleando hasta el final».
¿Cuál es la clave para ser capaz de rendir así sin apenas entrenamiento?
«Como comentaba antes, el físico de Nadal es privilegiado. Pero a mí me gusta incidir mucho en el aspecto mental», comenta el especialista. «Un deportista es una conjunción de estos dos factores, pero su determinación para sacrificarse, para seguir golpeando por encima del umbral del dolor me parece el factor decisivo en este caso. Tengo la impresión de que a veces Nadal se agarra a la pista por encima de las recomendaciones de los médicos», recalca.
¿Fue decisivo este desgaste para que se le escapase el bronce?
«En los torneos de Grand Slam, los tenistas suelen participar en varios cuadros, pero los partidos no son tan seguidos como en el calendario que se planteó en los Juegos. En este sentido, considero que fue un gran acierto haber renunciado al dobles mixto. Si ya doblar partidos, como hizo bastantes días Nadal, es complicado, llegar a disputar tres encuentros en una sola jornada es titánico, pasa una factura descomunal», recalca Coira, que incide en la imposibilidad de llevar una buena alimentación y un descanso adecuado. «No sabes cuándo va a terminar un partido, ni cuándo va a comenzar el siguiente. Y aunque se esmere en recuperar, nunca consigues regresar al punto de partida», agrega.
¿Ayudó el clima de Brasil a deteriorar las fuerzas de los tenistas?
«Evidentemente el calor y la humedad que tuvieron que soportar en algunos choque favorecen la deshidratación del organismo. Estoy seguro de que el equipo que acompaña a Nadal tiene medido hasta el mínimo detalle en este sentido. Es decir, sabe al milímetro en qué momento le conviene comer algo durante los partidos o beber para recuperar sales, pero, poco a poco, estos esfuerzos merman el rendimiento».
¿Se podría haber planteado la competición de otro modo?
«Desconozco el engranaje de los Juegos, las necesidades que plantea a nivel organizativo y si la sede del tenis, por ejemplo, luego debe utilizarse para otro deporte», recalca este experto en el mundo del tenis, quien añade: «Quizás, visto lo visto, sería más aconsejable prolongarlo unos días más. Sobre todo, si queremos que los mejores tenistas puedan competir en varios cuadros».