Portela saca su furia hacia la gloria

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso Lois RÍO DE JANEIRO / ENVIADO ESPECIAL

DEPORTES

ORLANDO BARRIA | Efe

El tercer mejor tiempo del día la sitúa de favorita para el podio hoy

16 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El sol calienta con fuerza la Lagoa Rodrigo de Freitas, con el Cristo del Corcovado allá arriba, en lo alto de un morro de 700 metros de altura. Y Teresa Portela tiene que reprimir la rutina de salpicarse la cara con agua antes de desatar su furia a 155 paladas por minuto durante la semifinal olímpica de K1 200. La suciedad de la pista no le incomoda más que en eso, porque las algas apenas molestan y compite sin la orza que puede proteger los timones de los kayaks en Río. En cuanto escucha la señal de salida, palea como si se transportase al Mundial de Sevilla del 2002. Vuela sobre la lámina de agua con la velocidad que tenía de adolescente al ganar su oro preferido. O como cuando se colgó el bronce, ya veterana, hace dos veranos en Milán. La piragüista de los cinco Juegos y 34 años agita su pala hasta firmar el tercer mejor tiempo de las semifinales y pasar a la regata por las medallas de hoy (14.47). Su registro la confirma como una de las favoritas al podio. Si todo encaja, hoy los Juegos harán justicia a una deportista colosal con el único metal que falta en su palmarés.

Los ojos de Portela se abrieron a las cinco de la mañana. Le gusta madrugar, cumplir sus rutinas previas a la competición sin prisa. Desayuno a las 7, viaje media hora desupés y calentamiento a las 8. Cumple sin más con un tercer puesto en la primera serie, reservando fuerzas para su primer objetivo, pasar a la final con el quinto diploma olímpico de su carrera ya en el bolsillo.

Los cruces la sitúan en la tercera semifinal, junto a la kayakista más rápida de la época, la neozelandesa Lisa Carrington, actual campeona olímpica y de los cuatro últimos Mundiales. Portela la utiliza como referencia para asegurar el camino a la final. Y las sensaciones le acompañan desde su notable salida. Rebasa a rivales que se lo jugaron todo a un inicio desenfrenado y supera en la pelea por la segunda plaza a la kazaja Inna Klinova. La palista de Cangas firma 40,241 segundos.

En el cómputo de las semifinales, solo superan a Portela la extraterrestre Carrington (39,561) y la azerbaiyana Inna Osipenko (39,803), plata en Londres 2012. La polaca Marta Walczykiwicz, la otra gran aspirante a medalla y cinco veces plata olímpica en la distancia, queda atrás (40,619)

Portela abandona el agua con una sonrisa de satisfacción. Ya tiene el diploma, mañana navegará a por el oro.

 

MURAD SEZER | Reuters

«Hace un mes era muy prudente, pero ahora mismo voy a por la medalla»

Feliz por sus «buenas sensaciones», contenta por superar «una semifinal que afrontaba como una auténtica final» y prudente porque ahora hace «borrón y cuenta nueva». Así llega Teresa Portela a la regata de las medallas de K1 200 metros. Consciente de que se ha ganado una nueva oportunidad de podio en unos Juegos. «Estos años he tenido competiciones que me salieron realmente bien y otras en las que tuve fallos. Eso es el deporte. Estaré completamente concentrada, pensando en positivo que puede ser mi final», resumió nada más salir del agua.

Utiliza su tercer mejor tiempo de las semifinales para alimentar su confianza, pero no le da más importancia. «Cualquier cosa que haya hecho hasta ahora, para mí no tiene importancia. Me centro simplemente en la final. Saldré a por todas, pero soy consciente de que está todo muy igualado. Nos separan milésimas», indica sobre la competencia, sobre todo, con Carrington, Walczykiwicz y Osipenko.

«Tengo que centrarme, porque solo son 40 segundos». Un suspiro de regata la separa de la gloria olímpica. Un último esfuerzo tras superar en junio una lesión en el trapecio y activar la cautela. «Hace un mes era muy prudente, pero ahora mismo voy a por la medalla», indica consciente de lo que sufre su familia desde O Grove: «Los que están en casa lo pasan peor todavía. Le mando un besazo enorme a mi marido, David, y a mi hija, Naira».