Phelps agranda su leyenda y logra un cuarto oro en los Juegos Olímpicos de Río

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CHRISTOPHE SIMON | AFP

El Tiburón de Baltimore venció a su viejo rival Ryan Lochte en los 200 estilos y atesora ya 22 medallas doradas en su carrera olímpica

12 ago 2016 . Actualizado a las 18:42 h.

Nadie puede con Michael Phelps. Ni siquiera Ryan Lochte, que hoy vio como su amigo y viejo rival elevaba a 22 su récord de oros olímpicos al imponerse con autoridad en los 200 metros estilos de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

El «Tiburón» de Baltimore demostró que sigue manteniendo la voracidad intacta y, en el que posiblemente fue su último duelo con Lochte, sumó un cuarto oro a su colección de medallas en Río.

El máximo campeón olímpico de la historia ganó ya los 200 mariposa y los relevos 4x100 y 4x200 libre en Brasil. Y podría sumar mañana un oro más en los 100 mariposa, prueba para la que se clasificó a la final instantes después de haber logrado su cuarto título olímpico consecutivo en los 200 combinados.

«Cada día estoy viviendo un sueño hecho realidad», dijo Phelps tras su nueva victoria. «De niño quería hacer algo que nadie hubiera hecho antes. Lo estoy disfrutando».

A sus 31 años, el astro estadounidense sigue asombrando con su enorme nivel y agigantando en cada jornada un poco más su leyenda.

Amado por el público brasileño, que lo vitoreó en el Estadio Acuático Olímpico casi al mismo nivel que Thiago Pereira, Phelps brindó en los 200 estilos su mejor actuación en muchísimo tiempo.

No sólo por el triunfo, sino también por el tiempo que logró. Sus 1:54,66 minutos representan la cuarta mejor marca histórica de la prueba, donde él y Lochte, el dueño del récord mundial, acaparan por completo el «top ten». Phelps no hacía un tiempo tan bueno desde Pekín 2008.

El japonés Kosuke Hagino, ganador de los 400 combinados, se colgó la plata con 1:56,61, a casi dos segundos de Phelps. El bronce fue para el chino Shun Wang y Lochte, en su única prueba individual en Río, apenas finalizó quinto por detrás del japonés Hiromasa Fujimori. El local Pereira no pudo sostener su fuerte arranque y acabó séptimo.

Phelps, en la piscina olímpica
Phelps, en la piscina olímpica CHRISTOPHE SIMON | AFP

Tras comenzar por detrás en el inicio de la carrera, Phelps tomó el mando en los 100 metros finales y aceleró para llevarse con claridad la victoria.

El estadounidense mostró entonces cuatro dedos extendidos, saludó luego a Lochte, que corrió en la calle de al lado, y no celebró demasiado, ya que poco después tuvo que volver a salir a la piscina para clasificarse a la final de los 100 mariposa.

El duelo de hoy pudo haber sido probablemente el último de la larga rivalidad entre Phelps y Lochte, si es que el máximo campeón de la historia olímpica cumple su promesa de retirarse después de Río.

«Es el mejor atleta que haya competido jamás en unos Juegos Olímpicos», elogió Lochte a su rival. «No sería el nadador que soy hoy si no fuera por él. Nos extraemos lo mejor uno del otro».

Oro y récord compartido en el 100 libre femenino

Más allá del nuevo triunfo de Phelps, la jornada nocturna del jueves arrojó una imagen insólita en la final del 100 libre femenino: la estadounidense Simone Manuel y la adolescente canadiense Penny Oleksiak compartieron el oro y el récord olímpico tras tocar la pared con el mismo tiempo.

Ambas se subieron juntas al escalón más alto del podio tras hacer un crono de 52,70 segundos, nueva mejor marca en unos Juegos Olímpicos por debajo de los 52,71 de la australiana Cate Campbell. El bronce fue para la sueca Sarah Sjostrom, a 29 centésimas de las ganadoras.

Tanto para Manuel, de 20 años, como para Oleksiak, de 16 recientemente cumplidos, se trató de su primer oro en unos Juegos Olímpicos.

También celebró Ryan Murphy, que se confirmó como el rey de las pruebas de espalda al sumar a su triunfo en los 100 la victoria de hoy en los 200. El estadounidense de 21 años hizo un tiempo de 1:53,62 minutos para dejar en el segundo lugar al australiano Mitchell Larkin, que lo siguió a 34 centésimas.

En los 200 braza, la japonesa Rie Kaneto conquistó la medalla de oro relegando al segundo lugar a la cuestionada rusa Yuliya Efimova, que sumó una nueva plata en Río.

Kaneto, como es característico en los nadadores japoneses, aceleró en los metros finales para imponerse con un tiempo de 2:20,30 minutos. Efimova, abucheada una vez más por el público en el Estadio Acuático Olímpico por su pasado de doping, terminó a más de un segundo y medio con 2:21,97.

Para la rusa, cuatro veces campeona mundial, fue su tercera medalla olímpica y la segunda en Río, donde logró también la plata en los 100 pecho. El oro olímpico, sin embargo, le sigue siendo esquivo a la nadadora de traje rosa.

La gran perdedora de la jornada fue la estadounidense Missy Franklin, que extendió su bajo momento de forma al quedarse fuera de la final de los 200 metros espalda, la prueba de la cual es la vigente campeona olímpica y dueña del récord mundial.

Considerada una de las grandes estrellas de la natación, Franklin no pudo lograr ningún triunfo individual en Río 2016 después de haber brillado en Londres 2012 con cuatro oros, dos de ellos por relevos y los otros dos en espalda.

«Trabajé tan duro como fue posible, pero me quedé corta. Me gustaría que hubiera una explicación», lamentó Franklin.