Un mundo en miniatura que siempre mira al mar

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS RÍO DE JANEIRO / ENVIADO ESPECIAL

DEPORTES

Paulo Alonso

Así es la Marina da Gloria por dentro, donde compiten los tres regatistas gallegos: Echegoyen, López y Echávarri

10 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La sede olímpica de la vela vive pendiente del mar y la luz del sol. La Marina da Gloria abre con los primeros rayos y cierra al anochecer. Una sede diferente al resto, donde los regatistas -incluidos los gallegos Támara Echegoyen, Iago López y Fernando Echávarri- pasan horas reparando material, se resguardan cuando el viento azota con fuerza y repasan una y otra vez el parte meteorológico para saber las condiciones en las que competirán.

La marina incluye una amplia zona de contenedores, donde se transportaron los barcos. Algunos llevan en Río desde enero. Y otros, los de los últimos que consiguieron el billete, llegaron hace unas semanas. En la zona del podio, que mira hacia la playa de Flamengo, todavía se martilleaba estos días. Los últimos detalles de un recinto que se vacía a la una, cuando comienzan las regatas, y el restaurante cierra tres horas. «Es el único problema que tenemos, porque a veces no seguimos todos los mismos horarios», explica la cántabra Berta Betanzos, compañera de Támara Echegoyen en el 49er FX. Enormes carpas alojan las salas de banderas, uniformes, pegatinas... Los jueces, el personal de la federación internacional, los voluntarios y los trabajadores, todos, tienen sus propios espacios en este mundo en miniatura.