Una vida de luces y sombras

Carlos Bremón

DEPORTES

08 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando a la madre de Michael Phelps, docente de profesión, le explicó el médico que su hijo de cinco años padecía el síndrome THDA (Trastorno de hiperactividad y déficit de atención), no se le vino el mundo encima. La profesión de su madre es muy probable que haya influido en cómo enfocó la educación de su hijo, a pesar de que en su entorno no le dieron muchas esperanzas de que por su THDA, algún día, llegase a ser alguien. No alguien importante, sino «alguien» tan siquiera. Muy injusto. Y muy equivocado como ya sabemos. Aunque nos sorprenda, la carrera deportiva y personal de Phelps es una mezcla de luces y sombras. Y, esta THDA, es la primera sombra. De los personajes de éxito se suelen conocer las cosas buenas, pero para darles la dimensión humana exacta, hay que conocer también lo malo. En Phelps esto es muy importante. Y más importante aún es conocer cómo dominan sus defectos y aprovechan sus virtudes.

Como nadador, tiene todo lo necesario -en grado superlativo- para ser el mejor del mundo, técnicamente, biológicamente: es casi insuperable. Porque empezar a nadar a los siete años y estar a los 15 en la final olímpica de 200 mariposa en Sidney, ya es algo prodigioso. Después Atenas, con 8 medallas, los ocho oros de Pekín y las seis medallas de Londres. Total 22 medallas olímpicas. Y muchas más en los sucesivos campeonatos del Mundo.

Sin embargo, todo esto no ha sido gratis. Entre los 13 y los 19 años solo dejó de entrenar cinco días. 80 kilómetros semanales, cinco horas diarias dedicadas al entrenamiento. Pero un día Bob Bowman, su entrenador -y la persona que más ha influido en él, después de su madre- le dijo: «Michael, tienes todo el dinero que necesitas, eres influyente, tienes tiempo libre y, a pesar eso eres la persona más infeliz que conozco». Ha habido situaciones en la vida de Phelps que a buen seguro le gustaría borrar, como las dos condenas por conducir bebido y a excesiva velocidad. La segunda de ellas meses antes del Mundial de Kazan y que motivó el castigo que la Federación le impuso y que le dejó fuera del equipo USA. Pero quiso nadar, en las mismas fechas en San Antonio, Texas, los 100 y 200 mariposa consiguiendo registros mejores que los ganadores de esas pruebas en el Mundial, lo que fue un subidón de moral para preparar Rio 2016, como en los viejos tiempos. Haber tenido recientemente un hijo con su actual pareja posiblemente haya contribuido también a una maduración personal de quien lleva toda su vida pensando solamente en la natación ¿Podrá en Río con sus rivales, Lochte en el 200 estilos, y Chad le Clos en el 100 mariposa?

Carlos Bremón es presidente de la federación gallega de natación.