Asuntos de familia

DEPORTES

08 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace meses, Teresa Portela comenzó a planificar el viaje a Río de Janeiro para poder vivir los Juegos con su hija Naira cerca. Madre desde hace más de dos años, quería estabilidad, llevarse a Río un pedazo de su equilibrio emocional. Hasta que los problemas para cerrar los vuelos la disuadieron. Así que pasará en Brasil el mínimo tiempo imprescindible para competir con todas las garantías. Y, en cuanto termine la final de K1 200 metros en la Lagoa Rodrigo de Freitas, cogerá el primer avión a España. Bruno Hortelano, el velocista que se enteró que era campeón de Europa de 200 metros durante una entrevista para la televisión, espera para dentro de unos días la llegada de su abuela a Río. Forma parte de su red de afectos. Porque la mayoría de los olímpicos querría tener cerca a uno de los suyos, por muy fascinante que sea la Villa. Como una especie de vínculo con el mundo real. Sobre todo, los que compiten en pruebas individuales. Por eso los palcos de los partidos de tenis reúnen con frecuencia a las familias de los deportistas. Estrategias contra la soledad del deporte de élite. Así lo entiende Garbiñe Muguruza, que confiesa que no tiene amigas en el circuito. Concluido su partido de dobles del sábado, Carla Suárez -que ya había competido temprano en el cuadro individual- sale disparada de la pista. Cuando su pareja llegue al vestuario, quizás Suárez ya esté duchada y lista. Diferentes ritmos.

La convivencia en los deportes por parejas es delicada. Como en un matrimonio, en el peor sentido. El remero de Tui José Ignacio Bugarín se pasó el año previo a los Juegos de Barcelona 92 sin cruzar casi palabra con su compañero en el dos con timonel español, Ibon Urbieta. Diferencias personales que acabaron levantando un muro entre ambos. Los subcampeones del mundo de 1990 fueron duodécimos en Castelldefels. En medio de su divorcio social, su entrenador, Oleg Golobanov, tampoco dominaba el español para tender puentes entre ellos. Otro caso único son Rafa Nadal y Toni, su tío y entrenador, presente en Río. Su relación que fue evolucionando con los años hasta que en el US Open del 2010 estuvieron a punto de romper. Porque en las mejores familias también hay altibajos.

GALICIA-RÍO VÍA LISBOA