Marieke Vervoort se plantea pedir la eutanasia después de Río

alba López, p. g

DEPORTES

KERIM OKTEN | Efe

La atleta paralímpica solicitará la muerte digna cuando terminen los Juegos Olímpicos

06 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La atleta belga Marieke Vervoort está acaparando toda la atención informativa, y no precisamente por temas deportivos. La belga confesó que terminará este año con su carrera y tal vez con su vida, según recoge el periódico francés Le Parisien. A sus 37 años tiene una enfermedad degenerativa que la tiene paralizada de cintura para abajo, y que le provoca un sufrimiento terrible. De ahí que se esté planteando la decisión más difícil de su vida: la eutanasia tras los Juegos Paralímpicos.

En el 2008 se le diagnosticó una enfermedad que acabaría postrándola en una silla de ruedas. Superó las trabas psicológicas y se agarró al deporte y la competición adaptando su vida a nuevas metas. «Cuando me siento en mi silla de carrera, todo desaparece. Expulso todos los pensamientos oscuros, el miedo, la tristeza, el sufrimiento, la frustración. Así es como he conseguido ganar lo que he ganado», expone la belga.

Antes de estar en una silla de ruedas era una triatleta de éxito. Fue dos veces campeona del mundo y llegó a participar en el exigente Ironman de Hawái. Ya como paralímpica, se colgó el oro en los Juegos de Londres en los 100 metros y la medalla de plata en los 200 y 400. Tres años después, en el Mundial de Doha 2015 batió récords en cuatro modalidades.

Vervoort llega a Río con la ilusión de colgarse nuevas medallas. «Hay posibilidad de medalla, pero será difícil porque la competencia es muy fuerte. Estoy entrenando muy duro, luchando día y noche con mi enfermedad. Espero terminar mi carrera en un podio», defiende la atleta.

Brasil será su última etapa, ya que pondrá fin a su carrera deportiva. Por culpa de su enfermedad es muy difícil entrenar, su cuerpo la traiciona y cada vez se vuelve más y más difícil sobrellevar el día a día. «Los dolores no me dejan dormir más que diez minutos muchas noches. Durante el día, en ocasiones, me desmayo y es mi perro quien me despierta a base de lametazos», dice. Asegura que con está decisión abandona su «única razón de vivir», si no hay deporte no hay lucha. Ese es la motivo por la que la atleta belga está pensando en solicitar la eutanasia. Aseguró que los papeles están listos, e incluso se aventuró a decir cómo se imagina su funeral. «Quiero que todo el mundo tenga una copa de champán en la mano, y un pensamiento para mí», declaró.

La eutanasia fue aprobada legalmente en Bélgica en el 2002, y para que un enfermo pueda acogerse a este procedimiento deberá padecer una enfermedad incurable y demostrar que soporta sufrimiento físico o psíquico de manera constante e insoportable. Y Marieke Vervoort cumple ambos requisitos.

Pase lo que pase, la historia de Vervoort pasará a la posteridad como otra leyenda olímpica.