Bebeto: «Brasil debe aprovechar los Juegos como España con Barcelona 92»

DEPORTES

PAULO ALONSO

Ofrece una visión optimista de los Juegos y admite el grave problema de corrupción del país

07 ago 2016 . Actualizado a las 23:50 h.

A unos minutos en coche del corazón de los Juegos reside Bebeto (Salvador de Bahía, 1964), que recibe a La Voz con un aspecto saludable muy similar al que lucía con el 11 del Deportivo a la espalda. En la pantalla del salón de su casa de Barra de Tijuca, en un condominio de chalés residenciales, se emite el Brasil-China de fútbol femenino de los Juegos. Y aunque todos los martes juega una pachanga en su propio condominio y se levanta con las ocasiones de la canarinha, el hoy diputado estatal de Río de Janeiro, ya en su segundo mandato, analiza en clave política los Juegos desde la óptica brasileña y se enciende ante lo que cree una exageración alrededor del Zika.

-Por fin comienzan los Juegos en Río.

-Para nosotros es muy importante. Río es una ciudad preciosa. La naturaleza fue muy generosa aquí. Tiene la playa, la ría, las montañas... Brasil debe aprovechar los Juegos como España con Barcelona 92. Recuerdo el legado que dejaron, muy importante. Yo, como parlamentario estatal, como político, pienso mucho en el legado para nuestro pueblo. Creo que van a ser una de las mejores Olimpiadas. En el 2009, cuando nos concedieron los Juegos, me acordé mucho de España por eso. Además yo disputé las ediciones de Seúl 1988 y Atlanta 1996. Sé que es un evento impresionante, un momento único que hay que aprovechar.

-La ciudad se mostrará ante un escaparate enorme.

-Será un escaparate para todo el país, no solo para Río. La ciudad está muy bonita, con nuevos transportes públicos, que van a funcionar mejor. Esperamos que todo mejore, la salud pública también. Va a haber una mejoría muy fuerte en todos los sentidos.

-Pero hubo que acabar las obras contrarreloj porque muchas de las instalaciones no se terminaban a tiempo.

-En Brasil es siempre así. Son muchas cosas. Seguro que va a ser una Olimpiada maravillosa y todos os vais a quedar encantados con la ciudad. No tengo ninguna duda.

-Durante los preparativos se produjeron «impeachment» de Dilma Rousseff y la imputación de Lula da Silva.

-El momento político es muy difícil y delicado. Pero yo creo que los Juegos en sí no van a tener ningún problema. El brasileño es un pueblo muy cariñoso, con los turistas, con todos. Van a quedar encantados.

-Cuando le dieron los Juegos a Río la economía de Brasil iba como un tiro. Pero luego el país acusó un parón muy fuerte.

-Esperemos que los Juegos sean un revulsivo. Siempre pienso en positivo, en lo mejor para nuestro país. Por eso entré en política como parlamentario, como diputado. Ahora empieza lo mejor, seguro. Insisto en el recuerdo de Barcelona. Yo vi como creció toda España. Fueron unos Juegos impresionantes. Cuando estaba en Coruña y tenía un par de días libres, yo viajaba con frecuencia a Barcelona con mis hijos, y quedó preciosa.

-A nivel social, la concesión de los Juegos impulsó la idea de realojar a las personas de las favelas en otros sitios con mejores condiciones de vida. ¿En qué quedó ese plan?

-Sí, sí. Se hizo un plan, «Minha casa, minha vida». Pero es muy difícil de conseguir. Ahí empieza a entrar gente y hace una construcción, y otra construcción encima de otra, y es muy difícil. Lo más importante que nos queda por mejorar en nuestro país es eso, salud y educación. La educación previene, por eso es más importante que la salud. Se empieza a estudiar para tener otra vida. Mi preocupación mayor siempre es esa. Aunque infelizmente pasamos un momento político muy delicado con el impeachment de Dilma.

-Un país también azotado por demasiada corrupción en los últimos años.

-Mucha. Hay que acabar con la corrupción. Yo siempre llevé una vida transparente. Todo el mundo sabe mi historia, como soy. El ejemplo que fui para todos y que sigo siendo. La política nunca me va a corromper. Nunca. Nunca. No necesito de la política para vivir. Y si la necesitase, no habría tenido esta vida, con la familia como base de todo. Hay que acabar con la corrupción.

«A veces solo hablan de lo malo de Brasil»

Bebeto es diputado estatal de Río por segundo mandato. Su imagen alejada de conflictos le sitúa en quinielas para puestos de más responsabilidad.

-¿Qué aspiraciones tiene en política?

-Continuar mi trabajo. Ahora mismo estuve entre los candidatos para ser viceprefecto, vicealcalde. Estuve invitado por el actual prefecto, Eduardo Paes. Para mí es el mejor alcalde que la ciudad ha tenido en su historia. ¡Mira como está Río!

-¿Y por qué no le nombraron vicealcalde al final?

-Mi partido puso a otra persona, una política de muchos años, Cidinha Campos. Salí elegido la primera vez con el PDT, después salí y luego regresé de nuevo al PDT. Eduardo, el alcalde, me quería mucho por mi imagen, mi persona, el ejemplo que siempre fui. Todo tiene su ahora. Yo entregué mi vida a dios y si no fue de esta vez, seguro que más tarde... Quién sabe.

-Volviendo a los Juegos. También tienen el desafío de la seguridad.

-Puede estar tranquilo. El problema es después, no ahora. Se puede caminar por la ciudad e ir de paseo. Yo viví en España, en Coruña, y allí solo llegan las cosas malas de Brasil. ¡El Zika, el mosquito! ¡Ya lo ves tú! Yo vivo aquí cerca de la laguna, que tiene mucho mosquito y nunca tuve nada. A veces las personas hablan tonterías, solo de lo malo de Brasil, que tiene un pueblo maravilloso. Todos vienen pensando que van a ser asaltados y luego quedan impresionados. Eso pasa en España, en Inglaterra... Todo el mundo habla de las Olimpiadas, que si pasa esto, que si pasa aquello. ¿Y en Londres? ¿Cuántos problemas tiene Londres ahora? Estamos tranquilos. La gente está muy contenta. Este es un momento único en nuestra vida. Así como fue el último Mundial para nosotros. Yo no tuve la oportunidad de jugar un Mundial en mi país. Fui uno de sus representantes junto a Ronaldo e hicimos una Copa del Mundo muy buena, y la gente quedó muy bien. Y la gente quedará contenta. El alcalde es trabajador, un gran gestor. El mejor alcalde que tuvo Río de Janeiro.

«El Dépor es parte de mi familia, le tengo un cariño muy profundo»

Dentro del condominio de Barra de Tijuca donde vive Bebeto, residen otros exfutbolistas brasileños como Júnior y Roberto Dinamita. Los martes toca pachanga dentro de la urbanización. Y hace unos días se reunió con Mauro Silva en un acto organizado por una televisión. Sus ojos se iluminan cuando se acuerda del Deportivo y de su vida en A Coruña, charlando de alguno de los 118 goles que marcó con la blanquiazul entre 1992 y 1996.

-Así que sigue al Deportivo a través de la televisión.

-Siempre, siempre. Tengo mucho cariño por todos. El Dépor es parte de mi familia, le tengo un cariño muy profundo, a toda la gente de La Coruña.

-Siempre decía que A Coruña era un «pequeno Río».

-Seguro. Río Pequeno. La Coruña es muy bonita también. Todo el litoral, la playa, Riazor... Es muy bonita. La gente fue muy cariñosa con nosotros. Lo recuerdo muy bien. Ahora estuve en Portugal y me emociono solo con recordar el cariño de la gente de Coruña. Es algo de corazón, el amor con el que trataron a mi hijo... Va a quedar siempre en mi cabeza.

-¿Y Mattheus?

-Se encuentra en el Estoril, muy contento también, en casa, y la gente le trató siempre con mucho cariño allí.

-¿En qué se parece a Bebeto?

-En la manera de golpear la pelota, de dar un pase. Es impresionante, una forma muy parecida a la mía. Es un jugador del centro del campo, al estilo de Fran, que tiene una calidad impresionante y juega con la cabeza levantada siempre.

-Y su hija Stephanie continúa su carrera como modelo.

-Sí, está ahora de vacaciones en México con sus amigas. Después se va a Miami. Y el mayor, Roberto, trabaja como abogado. Gracias a Dios, están todos encaminados.

La entrevista va terminando y Denise llega a casa a tiempo de participar en las fotos. Coqueta, pide echar un vistazo a la cámara para ver el resultado. Y se une a la conversación sobre la situación del país. Indignada por la mala imagen que fuera del país se transmite sobre Brasil. Y lee punto a punto los argumentos de una cadena de guasap con ejemplos de penurias en Holanda, Reino Unido... «¡Y España, todo lo que pasó con el Rey y su familia!».

Al rato asoma el hermano de Denise. Y con Bebeto recuerda su etapa en A Coruña.

-Toda una generación disfrutó con sus goles. Como aquel a Mino en un partido ante el Espanyol

-(Ríe). Recorte, recorte y gol. Mino quedó mareado.

-¿Fue ese su mejor gol en el Deportivo?

-Metí muchos de volea, también. En Riazor tenía que marcar siempre. ¡Y como me querían los Riazor Blues! Y Arsenio. Empecé a beber vino allí, porque nos lo ponía en las comidas antes de los partidos. ¿Y cómo está la base, porque antes no había nada?

Cae el sol sobre Río y Bebeto seguiría hablando de su Dépor toda la noche...

«En 1988 teníamos todo para ganar el oro olímpico, pero un error de arbitraje lo frustró»

La carrera de Bebeto incluye dos medallas olímpicas, la plata de Seúl 1988 y el bronce de Atlanta 1996. Y todavía se crispa al recordar algunos pasajes de aquello. «En 1988 teníamos todo para ganar el oro, pero un error de arbitraje lo frustró y, en un partido muy raro, permitió que nos ganase la Unión Soviética la final. En 1996 fui el máximo goleador junto a Hernán Crespo. La semifinal contra Nigeria era el partido más fácil que teníamos. Pero íbamos ganando 3-1 cuando le anularon un gol a Juninho. No sé qué pitó, fuera de juego, cuando Juninho estaba detrás del defensa. Fue absurdo. Ese gol sería el 4-1, y seguro que se acabaría el partido. Pero luego pesaron nuestros fallos. Regalamos dos goles, nos empataron y luego nos mató el Gol de Oro, eso que crearon, ¡una tontería!. Nos marcaron en otro fallo y se acabó».

-Esos segundos Juegos, ya con 33 años, los vivió de otra forma.

-Ganamos un bronce muy importante, pero quería ganar. Yo era el capitán, pero...

-En una carrera tan plena, los Juegos serían una experiencia diferente a otras.

-Sí. En 1988 me quedé en la Villa Olímpica. Estar en contacto con atletas de otras modalidades fue muy divertido. Una oportunidad única que pude vivir, gracias a Dios. Nos encontrábamos con las selecciones de voleibol, de baloncesto... Todos amigos. En 1996 nos quedamos en el hotel. Me gustó más estar en la Villa todos juntos. En Atlanta estuvimos solos en un hotel, cuando los Juegos son eso. Hay que quedarse en la Villa. Ahora Brasil va a estar fuera de la Villa y no me gusta. Es bonito estar con gente de otros países, encontrarte con un tenista, un nadador... Íbamos a comer en el mismo sitio que el resto. Fue muy divertido.