Con Pogba en el centro de las miradas

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

FRANCK FIFE

Francia y Suiza se juegan el primer puesto al tiempo que buscan brillo para sus matemáticas

19 jun 2016 . Actualizado a las 11:33 h.

Con dos victorias, Francia está ya clasificada para octavos. Con un triunfo y un empate, Suiza tiene virtualmente el pasaporte en el bolsillo. Son los dos equipos que se enfrentan esta tarde noche en Lille con el primer puesto del grupo en juego y la necesidad de poner brillo a las matemáticas, porque sus números son más fríos que las sensaciones. No es un premio menor, ya que el segundo se cruzará en octavos, previsiblemente, con Polonia o Alemania. Y los protagonistas de uno y otro lado así lo dan a entender con sus manifestaciones en la antesala del partido. Nadie quiere especular con las tablas en el marcador.

Los anfitriones superaron con éxito sus dos partidos en los minutos finales, cuando la aguja del cronómetro ya había franqueado el número 85. Esa agonía deja un poso de preocupación en sus aficionados, acrecentada por las maniobras de Deschamps desde el banquillo. De un encuentro para el otro sacó del once inicial a dos de sus futbolistas más rutilantes: Pogba y Griezman. Pero acabó recurriendo a ambos ante Albania, al ver que persistía el empate. Probablemente recuperen la titularidad frente a los helvéticos.

La mejor noticia para Francia en los 180 minutos disputados hasta la fecha es la aparición de Payet, que se está revelando como uno de los jugadores con más talento en el equipo y en el campeonato. No obstante, es Pogba el que más atraerá los focos, porque empezó la Eurocopa con muchas expectativas y no acaba de instalarse como pieza maestra de su equipo. El centrocampista de la Juventus se juega su ascendencia en el grupo y quizás también el traspaso más caro de la historia si es que finalmente se concreta este verano.

Al combinado de Deschamps le tocará, previsiblemente, llevar el peso del partido. Suiza es una más de las muchas selecciones que edifican su fútbol sobre la base del orden y la contención. A partir de ahí, trata de sorprender con las subidas de sus laterales, especialmente las de Ricardo Rodríguez (hijo de gallego), que ha vuelto a cuajar una gran temporada en las filas del Wolfsburgo. La habilidad de Shaquiri y la movilidad de Mehmedi son también bazas a las que suele sacar un gran rendimiento ofensivo. Es un colectivo con las ideas claras.