Una década sin encontrar respuestas

Antón bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Mañana se cumplen diez años de la operación Puerto con el caso todavía enredado en los tribunales

23 may 2016 . Actualizado a las 00:44 h.

Al norte del madrileño barrio de Chamartín, se encuentra el hotel Pío XII. Allí, en la cafetería del establecimiento, el 23 de mayo del 2006 el médico canario Eufemiano Fuentes, el entonces jefe de hematología del Hospital de la Princesa, José Luis Merino Batres; y el director del Liberty Seguros y una de las personalidades más reconocibles del ciclismo español, Manolo Saiz, se reunieron para que Saiz saldase una deuda de unos 60.000 euros por los servicios que había prestado a algunos de sus ciclistas la red para el dopaje que lideraba Fuentes. A la salida de aquella cita, Enrique Gómez Bastida, el Guardia Civil que dirigía el operativo se acercó al cabecilla de la trama y le dijo: «Eufemiano, está usted detenido». Pocas horas más tarde la operación Puerto, la mayor en Europa contra el uso de sustancias prohibidas en el deporte, saltó a los focos de la opinión pública. Fue todo un escándalo que una década más tarde aún no se ha cerrado, continúa en los tribunales.

Los antecedentes

Las declaraciones de Manzano y la operación Mamut. Un grupo de investigadores de la Guardia Civil integrado por seis personas, todas ellas muy jóvenes -ninguna llegaba a los 40 años- y que se dedicaban a perseguir delitos como el tráfico de medicamentos analizan las explosivas declaraciones que el ciclista Jesús Manzano realiza en una serie de reportajes en el diario AS. En esas páginas Manzano confiesa que como integrantes del Comunidad Valenciana-Kelme llevaba años dopándose. Y habla de una práctica extendida y generalizada en el mundo de los pedales. Cuenta con pelos y señales cómo usan la epo, los corticoides, los anabolizantes y las transfusiones de sangre. Relata cómo estuvo a punto de morir por una reacción en una transfusión y ya señala a Eufemiano Fuentes como el médico que diseñaba esos planes de dopaje.

En las investigaciones de la operación Mamut, que termina a principios de junio del 2005 con la detención de 70 personas en 13 provincias acusados de producir, en seis laboratorios localizados en Cataluña, 30 millones de dosis de anabolizantes, esteroides y hormonas, para distribuir en Europa, también sale a relucir el nombre de Eufemiano Fuentes. Los investigadores comienzan a atar cabos y pasan a la acción. Los resultados no tardan en aparecer.

Las escuchas

Constatan que lo que cuenta Manzano es verdad. En solo tres semanas de escuchas telefónicas dibujan el funcionamiento de la red, en la que intervienen principalmente Eufemiano Fuentes, José Luis Merino Batres, Ignacio Labarta, exdirector del Kelme, y el exciclista Alberto León, que se acabó suicidando. Si tenían alguna duda, comprueban que todo lo que había dicho Jesús Manzano es verdad. Después de las detenciones de Manolo Saiz, de quien siempre se sospechó que era un simple cliente, de Merino Batres y de Eufemiano, se producen registros en cuatro domicilios. En dos, propiedad del médico canario, ubicados en las calles Caídos de la División Azul y Alonso Cano, la Guardia Civil interviene más de doscientas bolsas de sangre (entre concentrado de hematíes congelado y plasma) y esteroides, anabolizantes, corticoides y hormona del crecimiento y epo. Algunos de los medicamentos estaban caducados. Además, hay documentación que permite identificar medio centenar de clientes de la trama.

 Primer archivo

El juez no aprecia delito contra la salud pública. Entonces la legislación española no contemplaba el dopaje como dopaje, por eso, el titular del Juzgado de Instrucción n.º 31 de Madrid, Antonio Serrano, instructor de la causa se centró en evidenciar que la trama había puesto en riesgo la salud de los deportistas. Un informe del Instituto Nacional de Toxicología lleva al magistrado a archivar la causa por primera vez el 8 de marzo del 2007. La Audiencia Provincial ordenó reabrirla hasta en dos ocasiones y finalmente se llegó a juicio.

 Deportistas implicados

Ullrich, Basso, Valverde, Marta Domínguez, una lista sin fin. La nómina de deportistas salpicados por la operación Puerto no tiene parangón. Pronto las ramificaciones de la trama se extendieron a otros países como Italia, que sancionó a nombres como Ivan Basso, Scarponi o Alejandro Valverde -el Comité Olímpico Italiano aprovechó unas vacaciones del juez Serrano para que su sustituta le facilitase muestras de las bolsas de sangre, entre ellas estaba la del corredor español-. Cae Ullrich en Alemania. Acaba confesando que había recurrido al dopaje durante su carrera. Y se empieza a señalar a Marta Domínguez, el icono del atletismo español.

 El juicio y los recursos

Cinco personas en el banquillo de los acusados en el 2013. Se sentaron Eufemiano y Yolanda Fuentes, Labarta, Manolo Saiz y Vicente Belda -la causa contra Merino Batres fue sobreseída porque padece Alzéhimer-. Eufemiano y Labarta fueron condenados a un año de prisión y cuatro de inhabilitación y cuatro meses de prisión e inhabilitación, respectivamente, por un delito contra la salud pública. Y se denegó el acceso a las pruebas recabadas en la operación. Las acusaciones particulares -ejercidas por la AMA, el CONI, la UCI, la Abogacía del Estado y Jesús Manzano- recurrieron a la Audiencia Provincial tanto las penas como el uso de las bolsas. El tribunal continúa sin pronunciarse.