La génesis de una pasión desbordante

DEPORTES

Oscar Vazquez

El primer Rías Baixas constó de 239 km, recorrió casi toda la zona costera y tuvo un tramo de velocidad

25 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tal fue el éxito del Rali Vigo-A Toxa, que el primer Rías Baixas nació a la carrera, el 3 de agosto de 1963, apenas unos meses después de la segunda edición de la prueba que unía la ciudad viguesa con la isla del municipio grovense. En aquella primera edición se registraron 91 inscritos de los que 78 tomaron la salida en un certamen que contaba con 239 kilómetros de recorrido en donde se combinaban las pruebas de regularidad y habilidad con un solo tramo cronometrado, el que unía Cabral con Puxeiros. El triunfo fue para el luso Antonio Peixinho con un Austin Cooper y los siete primeros clasificados fueron portugueses.

El organizador del primer rali en Galicia fue la Escudería Vigo, entidad vinculada al Aero Club, con Manolo Pestana, su presidente, a la cabeza. «Fue él quien organizó todo, pero me dijo a mí que quería correr el primer rali y me propuso dirigir el rali», comenta Chema Retolaza (Castro Urdiales, 1929), el primer director de la carrera y memoria viva de aquel acontecimiento que contaba con la colaboración del Club Arte e Sport de Lisboa.

Fue Retolaza el encargado de hacer el rutómetro de aquella prueba. «No había nada señalizado. Para hacerlo me recorrí Galicia entera acompañado de mi mujer y era ella la que iba tomando notas de todo». De aquel bloc de notas salió un evento que hizo honor a su denominación y que tenía en la regularidad horaria su punto fuerte. 

El primer Rías Baixas salió de Vigo camino a Pontevedra en su primera etapa, en la ciudad del Lérez vivió una prueba de pericia en la calle Montero Ríos, en las inmediaciones de la alameda, para a continuación tomar rumbo a A Toxa con el fin de reponer fuerzas, al lado de la piscina, «tiempo que algún piloto aprovechó para darse un chapuzón», cuentan las crónicas de la época.

Después de la comida, los 78 vehículos reanudaron la marcha  camino de Sanxenxo, localidad de paso para terminar en Marín, en donde les esperaba un test de «aceleración y frenaje». Acto seguido, singladura por O Morrazo para regresar a Vigo, en donde afrontaban la primera prueba cronometrada del automovilismo en Galicia. Un tramo que unía el barrio de Cabral con el alto de Puxeiros, a la altura de las «casas baratas». En un recorrido con pésimo pavimento (contaban los cronistas) el luso Rui Martins, con un Alfa Zagato, se convirtió en el ganador con un tiempo de 1m 16s.

Un pavimento lamentable

En aquella subida, como la denominaban entonces, tuvo lugar también el suceso más luctuoso de toda la historia del Rías, la muerte de un niño vecino de la barriada que albergaba el final de la prueba. El chaval cruzó la carretera después de la línea de meta y el coche de Ruescas impactó con él. El piloto, muy afectado por la tragedia, optó por la retirada.

Aquella maratoniana primera jornada de un rali en Galicia acabó con un tramo nocturno en el centro de Vigo, de habilidad y velocidad. Para el domingo 4 de agosto todavía quedarían dos especiales más para decidir el ganador. Un test complementario en la avenida del aeropuerto y un eslalon final en la misma pista de Peinador.

Como colofón, los organizadores decidieron agasajar a los participantes y autoridades de la época con comida y cena. La primera en el parador de Baiona y la segunda en las instalaciones del Aero Club de Vigo, en donde se hizo la ceremonia de entrega de trofeos. Recuerda Retolaza que aquel primer rali coincidía en Vigo con la procesión del Cristo de la Victoria y tuvieron problemas para poder fotocopiar los resultados de la prueba. «Hacíamos las clasificaciones en las oficinas de Manolo Sanjurjo padre, pero teníamos que hacer las fotocopias en otro lugar y no podíamos ir en coche por la procesión». Lo arreglaron.

«Todo Vigo estaba en la calle», recuerda el director de la carrera

Los siete primeros clasificados de aquel primer Rali Rías Baixas fueron portugueses. El triunfo de los lusos fue una constante a lo largo de las cinco primeras ediciones de la prueba (cuatro triunfos lusitanos y otro francés) como recuerda Antonio Pampillón, el primer informático del evento y que guarda en su memoria un sinfín de vivencias del medio diglo largo de rali que ha quedado aparcado esta temporada.

Para encontrar en aquella primera edición a un piloto español había que viajar hasta el octavo lugar, Eladio Vázquez Noguerol, piloto que años después fue presidente de la escudería viguesa. 

El primer rali gallego también contó con algún equipo femenino, imponiéndose las hermanas Cristina y María Teresa Andrade en la clasificación del campeonato Galaico-Portugués. «Me gusta apretar el acelerador», indicó la ganadora, que pilotaba un Seat 600. 

En cuanto a los vehículos, los mejores de la época: Alfa Zagato, Volvo Rallye, Austin Cooper, Lancia y Lotus Cortina entre otros. Aquel primer rali fue además un éxito de público. De los grandes. «Viendo el rali estaba todo Vigo en la calle», recuerda Chema Retolaza, que todavía tiene en mente aquella cita como un éxito sin precedente en cuanto a organización y participación, lo que sirvió de impulso importante para que el Rías creciese y se consolidase por la vía rápida. Un año después ya estaban montando un circuito urbano.