Nadal vuelve a ser Nadal

Fernando Rey Tapias

DEPORTES

Gana su noveno título en Montecarlo, su conquista más importante desde junio del 2014

18 abr 2016 . Actualizado a las 10:55 h.

Rafa Nadal ha ganado por novena vez en su carrera, el torneo de Montecarlo. Un récord espectacular en sí mismo, pero además la victoria la ha conseguido en el marco ideal, realizando un torneo perfecto en el momento preciso.

En una competición en la que la figura de Djokovic se humanizó con una inesperada derrota en primera ronda, en la que Federer no ha ofreció buenas sensaciones en su retorno tras su operación de rodilla; en la que Raonic y Goffin no han sido capaces de confirmar sus buenas actuaciones anteriores, aparece el jugador sobre cuyo rendimiento mas se dudaba. Y, como en sus mejores épocas, yendo de menos a más, se adjudica la victoria.

Un triunfo nada sencillo, que se cimentó en la ronda inicial con un regular partido frente al británico Bedene; en segunda, Rafa tuvo que superar en un durísimo partido, al mejor de los tenistas emergentes, el austríaco Thien con el que había perdido en su último enfrentamiento. En tercera pasó por encima de un indolente Wawrinka para clasificarse para unas semifinales en las que superó remontando un set, a Andy Murray. Dos victorias importantes contra el segundo y el cuarto del mundo que completaban una ansiada recuperación.

Faltaba la guinda de una nueva victoria en su final número 100 y con el objetivo de conseguir su 28º Masters 1.000. Para ello tuvo que superar a un pletórico Monfills, más sólido y práctico que nunca, y que apoyado por el público midió la dureza del español durante dos sets disputados con inusitada intensidad e igualdad.

En el tercero, el francés se rindió ante un Rafa que volvió a ser consistente, algo clave a lo largo de su carrera. Seguro con su revés, mejor en los desplazamientos, intenso con su derecha y con la mentalidad de sus mejores épocas, Nadal volvió a ser el Nadal de siempre en el Principado.

El español es un icono del deporte, cuyos valores y espíritu de superación, son un espejo para todos, que ven como con humildad, esfuerzo y determinación logra levantarse de sus peores momentos, para volver a ser un jugador temido por sus rivales en la pista, y respetado por sus actitudes dentro y fuera de ella.