Su positivo le aleja de las pistas y le anula la mayoría de sus contratos publicitarios, su principal fuente de ingresos
09 mar 2016 . Actualizado a las 19:01 h.Vive sin duda el peor momento de su carrera. Después de una vida deportiva plagada de éxitos, María Sharapova huele el perfume del fracaso. El escándalo que se produjo tras haber admitido su dopaje le ha hecho caer en picado en la escala de profesional ejemplar. Después de conseguir lo más difícil, que fue coronarse como una de las mejores tenistas del mundo, Sharapova se siente rechazada por todos después de ser un ejemplo. Su esfuerzo en las pistas y su belleza siberiana, la convirtieron en una sex symbol, icono de la belleza y del deporte.
Con 17 años se convirtió en la segunda tenista más joven en ganar Wimbledon, y después vinieron cuatro Grand Slam más. Por el primer torneo se embolsó 1,2 millones de dólares y a partir de ahí todo sería ingresar e ingresar hasta convertirse en la tenista mejor pagada del mundo. Hoy, con 28 años, ocupa el puesto 26 de la lista Forbes de los deportistas mejores pagados con 29,7 millones de euros, muy cerca de Neymar o Rafa Nadal, y el puesto 88 entre las cien personas más ricas del mundo según esta lista.
Por sus cinco grandes torneos ingresó más de 7,5 millones de euros en nueve años: al año siguiente de ganar su primer torneo, siendo aún menor de edad, ganó el US Open por el que se embolsó un millón de euros más un bono de 1,99 millones más. En el 2008, gracias a su victoria en el Open de Australia ingresó 923,000 euros. En el 2012, el Roland Garros le reportaría 1,2 millones, premio que repetiría dos años más tarde.
Aunque los tenistas tienen una carrera corta, si tienen éxito, los ingresos que perciben les permiten encumbrarse en lo más alto. Las cualidades que Martina Navratilova descubrió en una niña de tan solo 6 años le permitieron ganarse la vida haciendo lo que más le gusta y aprovechar también el filón con el que viene acompañado: la publicidad.
La tenista, con un gestión económica llevada íntegramente por su madre, se convirtió en multimillonaria gracias a unos ingresos publicitarios que ahora le dan la espalda. En el último años, el dinero conseguido por su imagen de marca sobrepasaron con creces lo ganado con el tenis. De los casi 30 millones de dólares que ingresó en el 2015, tan solo 6,7 provienen de títulos deportivos mientras los 23 restantes llegaron de publicidad. De hecho, en su página web destacan todas ellas y para encontrar su actividad deportiva hay que bucear a fondo.
Ahora le dan la espalda
Tras el positivo por dopaje en el Abierto de Australia, han sido muchas las marcas que han decidido darle la espalda. La primera fue Nike. Con la marca deportiva renovó su estratosférico contrato en el 2010. Por él cobraría 70 millones de dólares hasta el 2018. Ahora, su patrocinador de cabecera ha decidido no continuar. «Decidimos suspender nuestra relación con Maria mientras la investigación continúe», dijo la marca estadounidense.
Porsche, que tiene a Sharapova como embajadora publicitaria, también ha decidido suspender todo acto con su imagen. «Hemos decidido posponer las actividades planeadas» señaló la marca alemana de coches de lujo. La marca de relojes TAG Heuer también ha cancelado la renovación de su relación comercial, hasta el punto de eliminar todos los contenidos de la tenista que mantenía en su página web. Y como estas muchas más. American Express, Samsung, Head, Evian, Tiffany o Avon mantienen entre interrogantes su vínculo con la tenista ante el temor de que pueda afectar a sus ventas.
Pero los ingresos que ha ganado durante su carrera le avalan un futuro tranquilo. Las tenista rusa tiene un patrimonio estimado en 275 millones de dólares. Entre el 2008 y el 2009, pasó nueve meses fuera de las pistas por una lesión de hombro. Aprovechó ese tiempo para invertir parte de su dinero en un negocio de chucherías. Lanzó su propia marca «Sugarpova» y promovía sus productos en los torneos en los que participaba.
Además, tiene parte de su fortuna invertida en bienes inmobiliarios, posee varios restaurantes en Moscú. Un equipo de fútbol americano, un perfume juvenil, una línea de moda llamada «Maria Sharapova Seducción» y hasta su propio vodka «Pure Wondersharapova». Durante once años de éxito ha cosechado una riqueza más que envidiable que no le impedirán disfrutar tranquila de un futuro más que incierto.