Teresa Portela: «Guardo las medallas en un cajón»

DEPORTES

NIC BOTHMA | EFE

Con 31 preseas en campeonatos internacionales, es la deportista gallega más laureada y aspira a aumentar su colección en los Juegos Olímpicos de Río

21 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En plena preparación para los Juegos Olímpicos de Río no resulta fácil concertar una cita con Teresa Portela (Cangas do Morrazo, 1982). Finalmente pactamos treinta minutos en el Centro Gallego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra. Con esa musiquilla con la que hablan los de la ría de Vigo y unas cuantas sonrisas, Teresa, 31 medallas en campeonatos internacionales, la deportista gallega más laureada, me despacha en solo 29. Velocidad pura.

-¿Se acuerda de la primera vez que se montó en una piragua?

-Sí. Tenía 9 años aunque me acuerdo más por una foto que por mis propios recuerdos. Era una piragua de iniciación, de las que no te caes. Pero yo pensaba que me iba a caer. Me gustó más cuando volví al día siguiente.

-En su pueblo, Aldán, lo de las piraguas es una religión.

-En casi todas las familias hay alguien que pasó por el club o probó en una piragua. Imagínese, allí en verano, con 9 años, bañándote y con las piraguas... Es una mbiente muy bonito.

-Dígame, 31 medallas... ¿Dónde las guarda?

-Al principio las ponía en un corcho en casa de mis padres, pero ahora ya no me caben y las meto en un cajón.

-¿En serio?

-Sí, guardo las medallas en un cajón. Mi idea es colocarlas bien, en otro sitio, pero no tengo tiempo.

-Le falta la medalla olímpica, estará harta de que le pregunten por eso.

-Un poco sí. La verdad es que de una medalla en un campeonato mundial solo se entera tu familia y poco más. Los Juegos Olímpicos tienen mucha más repercusión. En Atenas y en Pekín quedamos quintas y en Londres se me escapó la medalla por un error en la salida. No me preocupa demasiado. La medalla llegará si tiene que llegar. Además, no borraría nada de lo que he conseguido por tener una medalla olímpica.

-Brasil en agosto, ¿le preocupa el zyka?

-Me preocupa todo lo que tiene que ver con los Juegos. Y la verdad es que estamos conociendo noticias inquietantes; que si el agua está contaminada, que si el mosquito del zyka...Yo confío en que el Comité Olímpico no nos expondrá a ningún peligro, pero lo cierto es que las noticias que llegan no son tranquilizadoras.

-¿Le costó regresar después de la maternidad?

-Físicamente no pero, como cualquier madre que quiere compatibilizar su trabajo con la atención a sus hijos, me resulta complicado. Quiero estar con ella todo el tiempo que pueda pero al mismo tiempo quiero explotar mi experiencia deportiva, dar todo eso que he aprendido estos años. Es agotador, pero se puede.

-La niña es hija de dos campeones de piragüismo. Está abocada a hacer lo mismo. ¿Ya la han embarcado?

-Cuando entreno viene por aquí y la hemos subido en el ergómetro. Para ella estar en un gimnasio es lo normal. Y está en esa edad en la que lo imita todo.

-Tiene usted unos brazos muy poderosos, como los de su marido. ¿Han echado un pulso alguna vez?

-No, ja, ja. Es verdad que mis brazos llaman la atención. Pero necesito estos bíceps.

-Cuando tiene tiempo para perder, ¿a qué lo dedica?

-Me gusta mucho leer. Novelas de evasión. Me ayuda a relajarme y a coger el sueño.

-Recomiéndeme algo.

-Ahora estoy leyendo Los juegos del hambre. Está muy bien.

-¿Es más bien hogareña o de las que se le cae la casa encima?

-No, soy muy hogareña. En casa estoy muy bien; no me aburro.

-¿Cocina?

-Algo sí, pero bajo presión, ja, ja. Si me sale mal o se me quema, prefiero que quede en familia, que no se difunda.

-En una entrevista leí que su reproductor de mp3 daba miedo. ¿Qué tiene ahí metido?

-Lo que quise decir es que meto y meto y no depuro nada, así que puede aparecer una canción de pachangueo de los años 90 o cualquier cosa. Mientras quepa, yo meto.

-Usted ha viajado por medio mundo. ¿Qué es lo más bonito que ha visto?

-He viajado mucho, pero lo que veo son aeropuertos, embalses y poco más. Me impactó la muralla china y Australia, cuando estuve en Sidney, me gustó mucho. Pero no tienes mucho tiempo de hacer turismo. En Londres no vi nada. Quiero volver. Y lo de la muralla china fue a todo correr el último día porque pensaba que seguramente no iba a volver y no quería perdérmela.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Estar a gusto con uno mismo. Hagas lo que hagas.