Gómez Noya y el éxito de las mujeres

a. bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

En el año de la despedida de David Cal, el triatleta y el deporte femenino ponen a Galicia en el mapa

28 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El que está a punto de terminar fue un año especial para el deporte gallego. Se apagó el apetito del hombre de las cinco medallas olímpicas, del fenómeno de Hío. A sus 33 años, David Cal Figueroa, asesorado por su inseparable Suso Morlán, el entrenador que edificó una carrera de leyenda, hizo una labor de introspección. Rebuscó en el interior de su alma y comprobó que ya no había mecha para otros Juegos. Con la honestidad que siempre le ha caracterizado, el hijo del panadero dijo adiós a la élite antes de que el paso del tiempo se llevase por delante su estrella. Mientras el astro de Cal dejaba de centellear, la historia esperaba a Javier Gómez Noya. El triatleta ferrolano logró conquistar el campeonato del Mundo por quinta ocasión -la tercera de forma consecutiva-. El británico Simon Lessing y sus cuatro mundiales ya son historia, han quedado atrás. Gómez Noya vive solo en la cumbre del deporte de las tres disciplinas. Ahora solo le falta el oro en Río, el único hito que parece posible añadir a una trayectoria de ensueño.

También histórica fue la temporada de Vero Boquete. La jugadora de Santiago se convirtió en una de las referencias del Frankfurt alemán que levantó la Champions en la final de Berlín. Además, lideró a la selección española en su primera participación en un Mundial, el que se disputó en Canadá cuando se agotaba ya la primavera. Luego en verano cerró su contratación por el Bayern de Múnich. Allí, integrada en la estructura del conjunto bávaro, permaneció cuatro meses en el dique seco por una lesión. Ahora, a finales de año, ha vuelto a recuperar las sensaciones que da jugar cada jornada, aunque, por el momento, sea desde el banquillo.

Pero el 2015 no solo fue el año de Boquete, fue -y empieza a ser una constante en el deporte español- el año de las mujeres. Volvió Teresa Portela a un Mundial después de su maternidad y lo hizo por la puerta grande. En Milán se subió al tercer peldaño del podio y, de paso, se clasificó para sus quintos Juegos Olímpicos. Un registro al alcance solo de otras cuatro deportistas españolas: la atleta María Vasco, la tenista Arantxa Sánchez Vicario, la nadadora María Peláez y la tiradora María Pilar Fernández.

También estará en Río, Támara Echegoyen. Para la regatista, oro en Londres 2012, no era sencillo. En la capital británica se desmontó aquella tripulación integrada por la coruñesa Sofía Toro y la gijonesa Ángela Pumariega que reinaron en la clase Elliot. Echegoyen decidió el salto al 49er donde encontró en la cántabra Berta Betanzos a una fiel escudera. Ambas han recorrido el camino desde la nada hasta el evento planetario por excelencia. En el reciente Mundial de Buenos Aires se asomaron a la cima. Ambas saben que con trabajo y más trabajo y una pizca de suerte todo puede ocurrir. Pero si de goles hay que hablar, el nombre es Vane Sotelo. La ourensana fue bota de oro en el Mundial de fútbol sala femenino donde, junto a otras cuatro gallegas, España acabó tercera. Mary Paz Vilas tampoco lo está haciendo mal. Termina como pichichi de la Primera División del fútbol español.

Y el 2015 ha sido testigo de la eclosión de Lucas Pérez en el Dépor y el regreso a casa de Iago Aspas para liderar a un Celta que mira a Europa. Denis Suárez resucita bajo la batuta de Marcelino en el Villarreal y Falque se consolida en lo más alto del fútbol internacional en la Roma. Y el del primer título en División de Honor del rugbi gallego. Las chicas del CRAT lo hicieron posible. El Burela de fútbol sala femenino quedó campeón de la Supercopa. El Cangas de balonmano se metió en Europa y a la Asobal regresó el Teucro. Y la guinda la puso Miguel Alvariño, el de As Pontes se convirtió en el primer español en ganar la final de la Copa del Mundo de tiro con arco. Savia nueva para seguir soñando.