No hay demasiados gallegos, pero son muy buenos

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

DEPORTES

15 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Veinticuatro goles cuando no se ha cumplido aún la mitad del campeonato es una cifra insólita en Galicia desde hace muchos años. La increíble temporada de Lucas Pérez liderando este sorprendente Dépor y la no menos brillante campaña de Iago Aspas, culminada con el gol de bandera que marcó al Espanyol, son la clave de esta gran cifra goleadora. A ellos se unen los goteos de Trashorras, Denis Suárez, Fran Rico, Bergantiños y Santi Mina. Entre todos, han subido un peldaño el peso específico de los futbolistas galaicos en esta campaña.

Además, este pasado fin de semana también hubo tantos con sello gallego en la división de plata. Sin ir más lejos el golazo de Luis Fernández de falta directa, y el doblete de Jonathan Pereira con el Lugo ante la Ponferradina.

Si es por número de futbolistas de la tierra en el fútbol profesional, la situación ha mejorado con respecto a los últimos años. Gracias a la presencia de los dos grandes clubes gallegos y que en ellos, por fin, se produjo cierta apuesta por la cantera. El Dépor, ahora mismo, tiene tres titulares, y los tres coruñeses, mientras que en el Celta son fijos del once inicial hasta cuatro. Todos están dando el callo y son dignos jugadores de Primera División.

Pero goles al margen, ahora mismo hay un grupo de futbolistas nacidos en Galicia con un punto en común, la calidad. Pocas comunidades pueden presumir de peloteros como Pedro Mosquera, Trashorras, Denis Suárez, Lucas Vázquez, sin olvidarnos de dos joyas con el balón en los pies que militan en Segunda, que son Pita y Julio Álvarez.

La mayoría fueron niños prodigios fichados por clubes grandes. Trashorras fue a la Masía; Denís Suárez aterrizó en Manchester; Mosquera, Julio Álvarez y Lucas Vázquez, recibieron la deslumbrante llamada del Real Madrid.

La primera conclusión que podemos extraer de la existencia de este genial grupo de jugones es muy simple: en Galicia hay tanta calidad como en cualquier otra comunidad. Las principales diferencias con otros lugares solo pueden venir dadas por el número de licencias de futbolistas y de entrenadores y por la calidad del trabajo que se realiza desde los clubes. Si estos desarrollan la base con profesionalidad y son capaces de dar sentido después a la cantera abriendo las puertas del primer equipo, todo irá a mejor. En caso contrario, nos conformaremos con la generación espontánea, como fue casi siempre por estos lares.