Sencillo acceso por Internet a una amplia farmacopea dopante por apenas un par de euros

P. G. redacción / la voz

DEPORTES

16 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Lamentablemente, la sombra del dopaje planea sobre una disciplina extremadamente exigente que trata a cada momento de tumbar los preconceptos que ahogan al deportista de élite. Dan fe de ello los competidores gallegos de alto nivel, que en su vida diaria se encuentran en continua lucha contra lo que ellos consideran una visión sesgada del fisioculturismo.

En su caso, el simple hecho de ponerse en manos de un entrenador cualificado de nivel nacional ha contribuido a un entrenamiento equilibrado y racional, aunque con altas dosis de sacrificio físico en forma de dieta y preparación física.

Otros han optado por caminos más oscuros, alejándose del espíritu del deporte y es en esa sinuosa senda donde el esteroide anabolizante es el rey dopante.

¿QUÉ PERSIGUEN CON SU CONSUMO?

Aumento de masa muscular

Los esteroides anabolizantes son derivados sintéticos de la hormona testosterona. Los aficionados que recurren a ellos para aumentar la masa y volumen muscular a corto plazo en lugar de hacerlo entrenando. Plásticamente lo consiguen, pero los riesgos son máximos.

Primeras acciones

Protectores hepáticos

Existe la falsa creencia de que el simple uso de protectores aliviará la destrucción de células hepáticas y el aumento de enzimas en la sangre.

Tipos de anabolizantes

No hormonales

La cobamida, coenzima de la vitamina B-12. Su utilidad no está demostrada y está médicamente en desuso. Antes se aplicaba a pacientes con anorexia y cansancio. Es inyectable y no causa un daño excesivo. También se practica la asociación de vitaminas con reconstituyentes, como vitaminas con calcio, ginseng, tónicos, es decir, ayudas ergogénicas.

Hormonales

También se usaron en medicina hace muchos años en pacientes con anorexia, desnutrición y osteoporosis. Hoy están restringidos a situaciones clínicas muy concretas como la pérdida grave de masa muscular derivada por ejemplo de cáncer avanzado, o anemia aplásica (la médula ósea no produce suficientes células sanguíneas nuevas).

Riesgos

Contraindicaciones absolutas

La práctica deportiva. Está totalmente prohibido su uso y da positivo por dopaje. Por norma general, el deportista profesional no acude a estas ayudas.

Contraindicaciones médicas

Insuficiencia hepática, embarazo y lactancia, porfiria, hipercalcemia, alteraciones de la función hepática o renal, cáncer de próstata y mama.

Interacciones con otros medicamentos que aumentarían su toxicidad

Anticoagulantes como Aspirina o Sintrón, antidiabéticos, insulina...

Efectos secundarios habituales

Los más frecuentes son náuseas, vómitos, diarrea, excitación, insomnio y depresión. Además, aumenta la actividad androgénica (virilización), acné, retención hidrosalina y pubertad precoz.

Puede producir impotencia en jóvenes de edades comprendidas entre los veinte y los treinta años, que también pueden caer víctimas de insuficiencia renal y problemas cardiovasculares.

Efectos secundarios menos frecuentes

Anemia ferropénica (cuando el cuerpo no tiene suficiente cantidad hierro), edemas, gastritis, alteraciones en la coagulación e hipertrofia prostática.

Un uso prolongado puede derivar en cáncer de hígado (neoplasias hepáticas).

Consecuencias de su administración a niños

La toxicidad de los esteroides anabolizantes es dosisdependiente. En los más pequeños puede provocar alteraciones en el crecimiento, cierra el crecimiento óseo, provoca el cierre prematuro de la epífisis.

Acciones derivadas

Exigen un aporte proteico extra

Es intrínseco a este tipo de sustancias, lo que puede provocar gravísimas alteraciones nutricionales en los aficionados que no se someten al asesoramiento de profesionales, al administrarse proteínas de forma indiscriminada.

El mercado

Barra libre en Internet

La nandrolona se puede adquirir por apenas dos euros en ampollas de 25 y 50 ml. Alguna otra sustancia más en desuso, como el estanozolol, se puede comprar por 1,59 euros en comprimidos de 2 ml. o 2,29 euros veinte pastillas, o ampollas de 50 ml.