Siete huracanes contra Djokovic

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

YOAN VALAT | efe

El torneo de maestros arranca hoy en Londres, con el serbio como la silueta más dominante del último medio siglo y la amenaza del vigente Federer de esfuerzos cortos y un Nadal hambriento

15 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En el O2 Arena de Londres no se mueve una mota de polvo. En el mastodóntico complejo del Este de Londres, en condiciones constantes de temperatura, no sopla el viento, ni se asoma o se esconde el sol a capricho meteorológico, ni se escucha más que el sutil sonido de las cuerdas cuando impactan con la pelota y los pasos de los jugadores en busca de la distancia precisa. En esas condiciones, en las que desde hoy se disputa el torneo de maestros (Canal + Deportes, 15.00), los pistoleros cobran una ligera ventaja, un enorme margen en un tenis como el de hoy, que se decide tan solo por matices. Porque el riesgo, la audacia para apuntar a las líneas, bajo esas premisas no se ve alterado por los elementos. Por eso Roger Federer acumula seis títulos en el torneo, y porque el último gran evento del curso se juega al mejor de tres sets, el formato que menos castiga su físico de 34 años. Pero el suizo, como en las grandes cumbres de las tres últimas temporadas, vuelve a ser mortal. Por encima de romanticismos aflora una realidad. Djokovic, con los datos en la mano, arroja una temporada que no encuentra comparación en los últimos 45 años. Por eso se convierte en el indiscutible favorito, por su rendimiento en el pico de la pirámide del tenis, con tres títulos y una final en los cuatro grand slams, y sus seis trofeos de campeón en nueve Masters 1.000. Sentimentalismos aparte, resulta imposible encontrar una campaña semejante desde que el australiano Rod Laver ganó en 1969 los cuatro grandes (un peldaño por encima, sin ninguna duda).

Hasta ahí, el contexto que rodea al evento que hoy arranca en Londres. El sorteo, caprichoso siempre en esta clase de eventos en los que el puesto en el ránking encierra muchas medias verdades, lanza guiños inesperados. Djokovic comparte grupo con el Federer prestidigitador (palabro nacido de la expresión «dedos ligeros»), Tomas Berdych y Kei Nishikori.

Dos citas para hoy

Con esos cuatro arranca el torneo hoy, con dos interesantes pulsos Djokovic-Nishikori (15.00) y Federer-Berdych (21.00). Pero mañana se descorchan las ilusiones de los outsiders, si algún día pudo usarse esa expresión para referirse a Rafa Nadal (14 grandes a sus fornidas espaldas), Andy Murray (campeón olímpico y de Wimbledon en su contradictoria relación con la capital británica), David Ferrer (el currante que transforma el esfuerzo en victorias) y Stan Wawrinka (la única raqueta capaz de tumbar a Djokovic en un grande en el 2015).

«Este año mi lesión ha sido mental», confesó esta semana Nadal en Palma. ¡Y la frase encierra tantísima verdad! Ni las molestias físicas ni la falta de motivación ni la llegada de una nueva generación va a retirarle ahora mismo. Entonces ¿qué le ha sucedido? Las derrotas le ensimismaron en una espiral de desconfianza, hasta tocar fondo el 2 de julio en Wimbledon, donde en el ocaso de otro día de verano del 2008 palpó el cielo en uno de los partidos más maravillosos de todos los tiempos contra Federer.

Superado el duelo de verse como un tenista liliputiense al caer en la segunda ronda de Wimbledon ante un rival menor, Nadal se propuso recuperar terreno sin prisa, dando valor a cada punto, a cada victoria, para volver a ser Nadal. En ese nuevo desafío, por fin ahora, no deja de reforzar su autoestima.

Mañana, cuando arranque su grupo, Nadal tendrá la confianza de no tener ahora ya nada que perder, al jugar en su superficie más adversa, la pista rápida bajo techo. No llega en su mejor momento, no es un especialista, no tiene el servicio que esta clase de acontecimientos requieren... ¿Pero alguien puede descartarle?