Después de Rusia podría llegar Kenia

Francisco Pastor REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

SERGEI KARPUKHIN | Reuters

En plena conmoción por el dopaje de Estado ruso, las miradas se dirigen ahora hacia el país africano

11 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El mundo del deporte sigue conmocionado a consecuencia del informe desvelado por la Agencia Mundial Antidopaje, en el que se recoge las prácticas rusas con sus deportistas. Un dopaje de estado que nos retrotrae a los tiempos de la República Democrática Alemana. Todo un país dando cobijo a una trampa colectiva. Ahora, la gran pregunta es: ¿parará el asunto en Rusia?

¿Cuál ha sido la primera consecuencia del informe?

Lo primero que ha sucedido casi de forma automática es la suspensión inmediata del laboratorio antidopaje de Moscú. Según un comunicado de la AMA, la suspensión le prohíbe cualquier tipo de actividad relacionada con controles antidopaje de la AMA, incluidos análisis de sangre y orina. Mientras tanto, todas las muestras que debe analizar el laboratorio de Moscú serán transportadas inmediatamente de forma segura y mediante una demostrable cadena de custodia a un laboratorio alternativo acreditado por la AMA.

La Agencia Mundial Antidopaje justifica su decisión en el cumplimiento también de los estándares internacionales de laboratorios (articulo 4.4.13.2.1), que establece que cuando exista razón motivada para creer que la suspensión o revocación es necesaria para proteger el interés de la comunidad antidopaje puede proceder a ella de forma inmediata.

Cabe recordar también que en este laboratorio se destruyeron más de 1.400 muestras, presuntamente positivas.

¿Pueden caer más países?

No ha trascendido, pero en boca de todos está algún otro país, que hace no demasiado saltó también a la palestra en las revelaciones periodísticas. Entonces, el Sunday Times y la cadena alemana ARD/WDR se hicieron con los resultados de 12.000 análisis de sangre de 5.000 atletas entre los años 2001 y 2012. Los mismos fueron analizados y sus conclusiones fueron escalofriantes. Ochocientos atletas de los 5.000 de los que se obtuvieron análisis tuvieron valores «altamente sospechosos de protagonizar un caso de dopaje o, en último caso, claramente anormales. Ya entonces, Rusia protagonizaba el gran fraude, con un 80 por ciento de las medallas logradas en el ese período claramente bajo sospecha. El otro país era Kenia: la gran potencia del fondo y gran triunfadora del último Mundial, tenía 18 medallas conseguidas por atletas con valores anormales.

El país africano sabe que está en la diana: de la misma manera que obtuvo once medallas en Londres 2012 (con dos títulos olímpicos), una treintena de atletas han sido suspendidos desde esa fecha por dopaje. Quince de ellos siguen castigados, como la estrella del maratón Rita Jeptoo, con dos años de exclusión tras un control positivo por epo.

Parece lógico pensar que los países en los que existe un mayor riesgo se pueda producir una trampa de estado, según varios especialistas antidopaje, sería en aquellos con un régimen político duro e intervencionista, como puede ser el caso de China y que además están capacitados, por así decidirlo, para institucionalizar el dopaje.

¿Y otros deportes?

Además del atletismo, otras disciplinas podrían ser señaladas, entre ellas la natación, el esquí de fondo y el remo. En el reportaje de la televisión ARD la exatleta rusa Yulia Stepanova manifestó que había deportistas de otras disciplinas en la consulta del médico que les proporcionaba las sustancias prohibidas. «Había nadadores, entrenadores y atletas de otros deportes...». De salpicar a otros deportes, el golpe a Rusia sería total.

¿Cuál es la actitud de Putin sobre el asunto?

Un portavoz del presidente ruso Vladimir Putin, Dmitri Peskov, manifestó ayer: «Siempre que se hagan acusaciones hay que tener alguna evidencia. Mientras no haya ningún tipo de pruebas, es difícil reaccionar ante unas acusaciones que parecen no tener fundamento», dijo. La preocupación en Putin es grande, dado que él ha impulsado personalmente el deporte de su país, dentro de su política de exaltación nacionalista. El tema es tan importante para el presidente que ha decidido reunirse esta misma semana con el ministro de Deportes, Vitali Mutkó.