El Real Madrid es un polvorín

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez REDACCIÓN / LA VOZ, AGENCIAS

DEPORTES

MARCELO DEL POZO | Reuters

El desgobierno del club blanco desde el inicio de temporada arruina otra temporada cuando todavía no se ha cumplido un tercio de la Liga

10 nov 2015 . Actualizado a las 11:00 h.

La historia se repite y el club grande se fagocita a sí mismo. Real Madrid y Barcelona, grandes favoritos a todos los títulos posibles se sumergen en ocasiones en una dinámica destructiva que se cimenta en la cuestión extradeportiva. Aunque irremediablemente tritura lo futbolístico. Estas son algunas de las cuestiones que preocupan al madridismo a estas alturas de temporada.

¿Qué pasa con Cristiano Ronaldo?

Taciturno desde hace casi un año, su última fiesta de cumpleaños tuvo un efecto demoledor en su juego. Desde entonces no es el mismo. Pero ¿por qué el tiempo no alivia sus males? «Claro que estoy un poco triste por la derrota de Sevilla, pero no quiero mezclarla con uno de los días más importantes de mi vida. No todos los jugadores tienen la oportunidad de que le hagan una película, tengo que estar orgulloso. Es un momento único en mi vida, estoy feliz y quiero disfrutarlo», señaló en la presentación del estreno de Ronaldo, un documental sobre su vida en Londres.

Pie de foto. Firma

Así es el jugador franquicia del Real Madrid. Tan narcisista que desde hace meses solo se preocupa de sí mismo. Ya no le interesa transmitir un discurso de compromiso con el club, y hasta el presidente Florentino Pérez, incapaz de conducirlo por el buen camino, le ha afeado su conducta en público. Sus flirteos con el Paris Saint Germain y la posibilidad de un futuro al lado de Mourinho no han mejorados las cosas. Cristiano Ronaldo tiene ahora el peor porcentaje de acierto goleador desde que llegó a España (12%) y carece de la capacidad de liderazgo de antaño.

¿Ramos tiene problemas con los servicios médicos?

El capitán, lesionado en el hombro en el momento de marcar su gol contra el Sevilla, fue claro cuando se le preguntó si existe algún problema con el doctor Jesús Olmo, jefe de los servicios médicos del Real Madrid: «Es una realidad, pero no es momento de hablar. Al final de temporada lo comentaremos». Ramos está preocupado por si su dolencia se agrava y tuviera que plantearse incluso pasar por el quirófano. El médico es una persona de total confianza de Florentino Pérez y los jugadores le acusan de ser el chivato del presidente. Tal es el ambiente que los vestuarios votaron a favor de prohibir al facultativo la entrada al vestuario.

¿Hay futbolistas descontentos?

Los ejemplos de Isco y Navas son palmarios. El andaluz no pudo obtener de Benítez un respaldo claro desde el inicio de temporada y ya ha trasladado su deseo de irse. El guardameta se sintió ninguneado en el caso De Gea y solo la promesa de un aumento de sueldo le ha mantenido en silencio.

¿Cuál es la relación del vestuario con Benítez?

La plantilla no comparte sus métodos y se sentía más cómoda con Carlo Ancelotti. Así se lo ha querido trasladar al presidente, que ha hecho oídos sordos. Cristiano Ronaldo mira de soslayo a Benítez desde que en verano el preparador no dijo abiertamente que era el mejor jugador al que había entrenado. El delantero del Sevilla y pretendido en verano por el Real Madrid, Fernando Llorente, echó más leña al fuego: «Vi muy mal al Real Madrid anímicamente. No nos venían a presionar cuando teníamos el balón. Hacía mucho tiempo que no les veía sufrir tanto».

¿Cómo ha podido afectar la imputación de Benzemá?

Ha sido un torpedo al vestuario y posiblemente, a las arcas del Real Madrid. El deterioro personal del novio de Rihanna no tiene límite.

¿Gareth Bale, el niño mimado del poder?

Acababa de salir de otra lesión en el sóleo, pero el galés compareció en una cita clave, jugó más por el centro que en banda y fue una calamidad en el repliegue. La presión de su representante en el mercado de verano junto con la asunción de que se trata de una imposición de Florentino a cualquiera que sea el entrenador del Real Madrid se unen a la propia querencia de Benítez por un galés que ni ha rendido como se esperaba ni se integra como debiera.