Todo juega en contra de Valentino

a. bruquetas REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

JAVIER SORIANO|JOSE JORDAN / Afp

El ritmo, salir el último y el circuito, grandes escollos para el piloto italiano

08 nov 2015 . Actualizado a las 08:06 h.

«La situación en estos momentos es un poco desesperada». Rossi no escondía ayer que su décimo título mundial prácticamente se ha convertido en una quimera. El ritmo que exhibió su principal rival en la lucha por el campeonato de MotoGP, Jorge Lorenzo, y la circunstancia de que sale el último por su acción antideportiva con Márquez en Sepang merman hasta el extremo las posibilidades de pelear a brazo partido con el mallorquín por engrosar su palmarés. Ahora todo parece que juega en contra de Valentino.

Falta de adaptación

Registros discretos. Pese a que no tenía la presión de tener que hacer un tiempo para clasificarse en la parrilla de salida, durante toda la jornada de ayer a Rossi no se le vio cómodo sobre su Yamaha. Sus registros nada tuvieron que ver con el estratosférico ritmo que mostró Lorenzo. Y el italiano, indudablemente, precisará de su mejor versión para conseguir adelantar posiciones lo más rápido posibles. Ayer cerraba cada giro al circuito Ricardo Tormo a más de un segundo de diferencia de su compañero de equipo. Eso significa que solo ganará el mundial si hay una circunstancia anómala en carrera.

Trazado estrecho

En Cheste, difícil adelantar. El asfalto por el que se disputará hoy el Gran Premio de Valencia tiene una peculiaridad: es bastante estrecho. Eso reduce las opciones de trazadas y minimiza los puntos donde los pilotos pueden realizar adelantamientos. Incluso con un ritmo superior a muchas monturas, Rossi deberá guardar la compostura en las primeras vueltas y tendrá que medir al milímetro cada envite con un contrincante si no quiere acabar en el suelo.

De todos modos, todo lo sucedido en Sepang, en principio, debería sensibilizar a los pilotos para evitar batallas innecesarias. Nadie querrá ser quien tiró a Valentino en su camino hacia la remontada. La federación internacional de motociclismo ha insistido en reiteradas ocasiones durante estos últimos días que quiere que se aplique el sentido común. Por lo que, Rossi podría encontrar, además de la ayuda de sus compatriotas, una pista más despejada de lo habitual.

La temperatura

Desgaste de las gomas. A la hora en la que comiencen a rugir las motos en la categoría reina, se esperan aproximadamente 22 grados de temperatura ambiente. No es algo excesivo, pero sí que contribuirá a que las gomas tengan un desgaste elevado. En el caso de Rossi se sumará a lo que sufrirán sus neumáticos desde la salida, cuando tiene que empujar hasta la extenuación y con el peso del depósito de gasolina todavía completo.

El calor de la grada

En principio, en desventaja. La legión de seguidores que ha ido coleccionando el carismático deportista italiano por el mundo entero no se ha desvanecido ni siquiera tras el incidente con Márquez, el mayor tachón de una trayectoria repleta de gloria. Sin embargo, España quizás es uno de los pocos lugares donde parte con desventaja. En la grada del circuito Ricardo Tormo se espera una avalancha de fieles de Lorenzo, Márquez y Pedrosa. Algunos enemigos íntimos, pero desde Malasia parece que ya solo hay una diana: Rossi.

Las Hondas

Solo el prestigio por ganar. El apetito que emergió en Lorenzo ayer para romper el récord del circuito en una vuelta de clasificación no apareció en Márquez ni en Pedrosa. Pero es lógico. Uno está peleando por un título mundial, los otros dos, por el prestigio de ganar la última carrera. En una balanza, las ganas de Lorenzo tendrían que pesar bastante más que las de Márquez y Pedrosa por muy deportivos y profesionales que sean los dos principales integrantes del equipo Repsol Honda. No parecen buenos aliados para Rossi.

Las matemáticas

El porcentaje de éxito, bajo. Y, por último, el mito italiano deberá enfrentarse a las matemáticas. Nunca ha realizado una remontada semejante a la que necesita para ganar el mundial sin depender de Lorenzo. Por lo que, tal y como admitió, su porcentaje de éxito es bastante reducido.