La operación Estrobo, entre los indicios y la falta de pruebas

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Miguel Toña

La Fiscalía mantiene en las conclusiones los dos años y medio de prisión para el gallego Francisco, mientras la defensa pide la absolución

07 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Fiscalía mantiene la petición inicial de dos años y medio de prisión para el moañés José Manuel Francisco, Josu Zabalondo y Arantza Ormaza, entrenador, presidente y enfermera de Urdaibai, por su implicación en el caso de presunto dopaje en la trainera de Bermeo en el año 2010 que el viernes quedó visto para sentencia en el Juzgado de lo Penal número 1 de Bilbao después de cinco días de juicio. Según su criterio, hay indicios como la ocultación de datos, o la falta de libro registro y se pregunta para qué quería el club toda las sustancias compradas si no era para utilizarlas. Hay que tener en cuenta que una farmacéutica admitió que había enviado desde Córdoba tres paquetes a Bermeo con EPO. Por contra, la defensa pide la absolución por falta de pruebas. En la vista se procedió a retirar la acusación a cuatro imputados, entre ellos la moañesa Sonia Boubeta, la esposa del técnico acusado.

La Fiscalía

Mantiene la petición para los principales imputados por acreditarse «el uso de sustancias y métodos prohibidos». En sus conclusiones, el Ministerio Público ha basado su argumentación en la ocultación de datos que ha realizado Urdaibai a lo largo de todo el proceso y la falta de justificación para comprar tal cantidad de medicamentos. La Fiscalía se pregunta por qué el club no llevaba un libro registro de los remeros, «lo que supone un indicio grave de que no importaba la salud pública», apuntando en su exposición que «tenemos unos productos dopantes, unos indicios importantes de que han sido suministradas. ¿Para qué quiere el club todas esas sustancias?», se preguntó, mientras sostenía que en el barco de Urdaibai del año 2010 existía «un riesgo potencial de daño a la salud pública», amparándose en el testimonio del testigo protegido -que dijo que el entrenador y la enfermera del club les pinchaban hasta ocho veces al día- para asegurar que «una vida humana ya es suficiente para que estemos en este juicio».

Acusación particular

«No tiene sentido tener este arsenal si no se va a utilizar». El abogado de la acusación particular basó su exposición final en las cantidades adquiridas y en el método utilizado para las comunicaciones, según salió a colación en el juicio. Del primer punto indicó que «no tiene sentido tener ese arsenal de medicamentos en el club si no se van a utilizar». Del segundo, que resultó «llamativa la sofisticación de las comunicaciones» entre los acusados, con métodos como la utilización de una cuenta secreta de correo en modo borrador para que los mensajes no fueran detectados por la policía. También puso en valor el testimonio del testigo protegido, arriesgándose a una suspensión deportiva. Andrei Banica, el remero rumano, fue el único que declaró en contra de los imputados, mientras que el resto de los remeros negaron que fueran pinchados por el entrenador moañés.

La defensa

Pide la absolución apelando a la falta de pruebas. Los abogados de los acusados pidieron la absolución de sus defendidos por falta de pruebas, argumentación que unen al arte para desmontar las teorías de la acusación. El letrado que defendió a José Manuel Francisco y a Josu Zabalondo cuestionó que el testigo protegido haya ofrecido conferencias de prensa y que su declaración haya ido «in crescendo», ya que al principio solo hablaba, según su versión, «de un par de días un par de pinchazos» y ha finalizado hablando de ocho pinchazos al día. Se amparó también en que ninguno de los controles de esa temporada dieron positivo y que los remeros de aquel equipo «estaban sanos». El abogado del médico Marcos Maynar, por su parte, pidió la absolución apelando a que no está acreditado que suministrara ningún producto dopante.

Cambio

Retirada la acusación contra cuatro imputados, uno de ellos, Sonia Boubeta. Tanto la Fiscalía como la acusación particular decidieron en la última fecha del juicio retirar la acusación a cuatro imputados, entre ellos a la moañesa Sonia Boubeta, esposa de José Manuel Francisco, a quien se le había imputado por recoger dos paquetes en una empresa de mensajería a nombre de Urdaibai, algo que según su testimonio, había hecho a petición del entrenador.