La tripulación de Urdaibai creía en el club e ignoraba qué les administraban

La Voz BILBAO / EFE

DEPORTES

LUIS TEJIDO | efe

Confirma que recibían sustancias para recuperarse que les daban la enfermera o el médico, no por el entrenador ni por vía intravenosa

04 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La mayor parte de la tripulación de la trainera del club Urdaibai del 2010 aseguró ayer que no sabían qué sustancias les inyectaban, aunque no les importaba porque confiaban en el médico del club, y han negado que les administraran sustancias en una furgoneta antes de las regatas. En la segunda sesión de la vista oral que se sigue en Bilbao sobre este caso de supuesto dopaje deportivo han comparecido como testigos doce miembros de la tripulación que remó en la temporada 2009-2010, cuando presuntamente se administró a los remeros sustancias dopantes y prohibidas con el objetivo de mejorar el rendimiento deportivo. Patrones y remeros han coincidido en que «nunca» les administraron sustancias por vía intravenosa, método no autorizado en el ámbito deportivo por las autoridades sanitarias y que, según sostiene la fiscal y un testigo protegido que declaró el lunes, se utilizó aquella temporada en el club de Bermeo.

La mayor parte de la tripulación ha reconocido que durante la temporada de regatas, el médico y la enfermera les inyectaban varias veces a la semana, no el entrenador -el gallego José Manuel Francisco- después de entrenamientos y competiciones, sustancias para ayudar a su recuperación, y que se les administró solo por profusión intramuscular. Sin embargo, el médico del club Borja Garay, que es el acusado para quién la fiscalía pide una pena mayor, reconoció que en alguna ocasión había puesto una vía intravenosa, después de competir, con suero y bicarbonato.

Los diez acusados, entre los que además de Garay está el presidente de Urdaibai, Josu Zabalondo; el entrenador, José Manuel Francisco; y la ATS Arantza Ormaza, están siendo juzgados por actuar conjuntamente para adquirir y suministrar a los remeros sustancias prohibidas «destinadas a aumentar sus capacidades físicas, poniendo en grave riesgo la salud de los mismos».

Sustancias desconocidas

Los remeros han coincidido en que tuvieron buenos resultados desde el inicio de esa temporada, rechazando que los éxitos comenzaran después de que visitara Bermeo el médico Marcos Maynar, profesor de la Universidad de Extremadura, también acusado y a quién se responsabiliza de gestionar qué sustancias dopantes había que administrar a los remeros y facilitar la adquisición de algunas de ellas. Uno a uno han declarado que no preguntaban qué tipo de sustancias concretas les administraban, lo que ha desesperado a la fiscal, quién ha llegado a cuestionar a uno de los remeros «si todo le da igual».

Uno de los remeros, que participó en pocas pruebas, ha indicado que «en alguna ocasión» después de la regata le administraron sustancias en una furgoneta con cristales tintados propiedad del club, pero el resto ha negado que eso ocurriera. De hecho, han recordado que dieron negativo en todos los controles antidopaje que les realizaron aquel año.

Quienes han remado en otros clubes han explicado que esa rutina médica de inyecciones es practica habitual en todos los equipos de la Liga ACT, pero uno de ellos ha afirmado que cuando formaba parte de La Marinera de Castro, con José Luis Korta -la persona que denunció públicamente a Urdaibai- como entrenador «le pinchaban los tratamientos por intravenosa». Asimismo, varios remeros afirmaron haber cobrado del club aunque no han podido explicar si cotizaban a la Seguridad Social o si lo declararon a Hacienda.