Bendecido para marcarlos a pares

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

DEPORTES

El delantero del Pontevedra Borjas goleó al Tudelano, Coruxo y Arandina

28 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El canario trajo seguro de gol al Pontevedra. Su pies firman seis de los doce tantos del equipo granate esta temporada. Y además los marca de dos en dos. Borjas Martín está acostumbrando a su afición a resurgir cuando más lo necesitan. Apareció contra el Tudelano, volvió a hacerlo ante el Coruxo y inauguró el marcador en la última jornada contra el Arandina. El delantero de La Palma no cree que sobre él recaiga la responsabilidad del equipo para marcar. Sabe que el trabajo del Pontevedra es coral, aunque en el arranque de liga, con la sanción y la lesión de Carnero, él fue el único 9 sobre el papel. «Es parte de mi trabajo, echamos en falta goles de defensas o medios, que suelen sumar entre diez o 15 goles al final de temporada», explica. Pero lo que Borjas explica con palabras no se traduce en el campo, donde la ambición del jugador es lo que le empuja a querer más, por ahora, a marcarlos a pares. Fue el encargado de inaugurar el marcador esta temporada ante el Tudelano, de marcar el primer y tercer gol frente al Coruxo y de abrir de nuevo el luminoso en Aranda de Duero, donde supuso en marcha su cuenta personal a domicilio.

Las cualidades de Borjas no sorprenden a quienes conocen su trayectoria. Llegó a Pontevedra con un currículo impecable, que quería agrandar. Veinte goles en el Mensajero le llevaron a ser el líder de Tercera y le pusieron en bandeja un billete de avión a la península. Cumplía un sueño. Astorga fue su siguiente destino. Tras una sequía goleadora de 14 jornadas, buscó la ayuda divina. Le comunicó a la presidenta del club que igual había que pasar por la iglesias para echar agua bendita a las botas. Una bendición que convirtió al Clark Kent en el Superman del fútbol. Once goles en diez partidos sellaron la hazaña de superhéroe. No era la primera vez, dos años antes con el Mensajero también recurrió a la mediación divina.

En la pretemporada del Pontevedra dio buena cuenta de lo que podía hacer, pero empezó la liga y hasta la séptima jornada solo había logrado anotar dos tantos. Aunque muchos empezaran a pensar que había que ir pidiendo hora en el santuario de A Peregrina, Borjas bromeaba: «Aún no hace falta, por ahora vamos bien. Si seguimos por esta línea no habrá problem». Es optimista, pero hubo jornadas en las que la confianza empezaba a flaquear al ver que el esfuerzo dejaba sin puntos el marcador. Ahora el equipo atraviesa un momento dulce con cuatro victorias en su mochila y a las puertas del play off de ascenso. «Es importante marcar y que se refleje en puntos para saber que se hacen las cosas bien», explicó Borjas, que además de ser la estrella del equipo también quiere triunfar lejos del campo. Esta vez sin ayuda divina. Y es que su adaptación no ha sido solo en el terreno de juego, donde ha demostrado con fútbol que su experiencia en la categoría ayuda al equipo, sino que el canario se ha integrado en el día a día de la ciudad. Escoger el Pontevedra esta temporada tenía unas grandes dosis deportivas, pero también importantes connotaciones personales. Hace casi dos meses que es uno más en primero de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Con 28 años, se ha matriculado en la universidad para empezar a dibujar un futuro lejos del balón. «Empecé aprovechando que tengo más tiempo libre», señala el ariete, que asegura que sus compañeros de clase lo respetan y los lunes no se habla de fútbol, al menos no se reprochan las derrotas. Esta semana solo había motivos para las felicitaciones.