Villar firma con Adidas hasta el año 2026 en la recta final de su mandato

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

J.J. Guillén | Efe

Sorprendente operación a escasos meses de las elecciones federativas

09 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Adidas y Ángel María Villar siempre han caminado de la mano. Treinta y cinco años juntos y once más que han firmado ayer, por delante. Sin ningún tipo de explicaciones públicas. Así son los romances que destruyen el fútbol español. No parece muy ético suscribir un compromiso de tan larga duración a escasos meses de la celebración de elecciones a la presidencia de la federación, aún infiriendo que Villar se ve como presidente en ese futuro inmediato.

En el caso de que el actual presidente no fuese reelegido, los próximos gestores del fútbol español se verían maniatados por este acuerdo durante casi los tres mandatos posteriores.

Adidas y la Federación Española de Fútbol (RFEF) ya tenían un contrato que les unía hasta finales del año 2018, pero no era suficiente. Por eso, ayer escenificaron por sorpresa la ampliación del acuerdo hasta el 2026.

Pero ¿cuánto recibirá la federación por dejar que Adidas vista en exclusiva a la selección masculina, la femenina, la de fútbol sala y los árbitros? «Será tan fructífero como siempre para ambas partes», se limitó a decir Villar sin ofrecer datos concretos.

Algunas fuentes cercanas a la RFEF especulan con que, bajo el acuerdo, sobre el que planea un extremo oscurantismo, subyace la dramática falta de liquidez del organismos federativo, lo que ha obligado a Ángel María Villar a hipotecar el futuro a medio plazo de la institución que rige el fútbol español a cambio de solventar sus urgencias más inmediatas, a pesar de que siempre resulta mucho más ventajoso cerrar acuerdos para tramos temporales más cortos.

Por otra parte, no parece que los acuerdos a los que llega Villar con una empresa del potencial de Adidas puedan realmente servir para sanear las cuentas de la RFEF, a tenor de los escalones de ingresos establecidos por los patrocinios.

Si bien Adidas es el benefactor principal de la selección española y es capaz de ofrecer 94 millones de euros al año a un club como el Manchester United (lo firmó en verano del 2014), a España le ofrecía hasta 2018 solo diez millones por temporada. En el siguiente escalón se situaban Cruzcampo, Iberdrola y Movistar con tres millones y medio de euros aportado por cada uno. El inmediato tramo de ingresos cae hasta el medio millón de euros. Todas estas cantidades son extraoficiales, pues la RFEF no facilita dato alguno.

Pero en todo caso son cifras ridículas a cambio de obtener lucro comercial la imagen de una de las mejores selecciones de la historia.

Rechazó un cheque en blanco de Nike en el 2011 a cambio de seguir igual hasta el 2018

La toma de decisiones de Ángel María Villar en materia de patrocinio de indumentaria deportiva están al alcance de la comprensión de muy pocos.

Una de las maniobras que generó más suspicacias en los últimos años es el rechazo rotundo a un cheque en blanco ofrecido por la norteamericana Nike a cambio de continuar con Adidas hasta finales del año 2018.

Aquella negativa despertó reticencias en el entorno de la Federación Española de Fútbol y ya en aquel momento se recordaba que Villar había rechazado en el año 2008 una oferta de Nike por valor de cuarenta millones de euros en una estrategia agresiva de mercado del gigante estadounidense, que sí había logrado arrebatar a Adidas la posibilidad de vestir a selección francesa. El combinado galo había firmado como campeona con la empresa alemana en un acuerdo ya de por si ventajoso.

Pasados los años, la historia a punto estuvo de repetirse, pero en esta ocasión, Nike quedó en un segundo plano desde el principio debido a la tozudez de Villar, empeñado en ampliar el contrato con Adidas más allá de una década sin ofrecer públicamente razones de peso para el ni cifras de un acuerdo económico de semejante magnitud.

El libro FIFA Mafia de Thomas Kistner incluye a Adidas como una de las principales causantes de la consolidación de la corrupción como forma de gobierno en el ente rector del fútbol mundial.