La triste realidad del atletismo español, que necesita reinventarse

José C. Tuñas

DEPORTES

DAVID GRAY | REUTERS

El resumen de la actuación de los nuestros es: una medalla de oro en marcha y solo dos atletas en posición de finalista

31 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Decepcionante es la palabra que se está escuchando insistentemente sobre la pobre actuación de los atletas españoles en el mundial de Pekín, pero realmente a nadie nos debería extrañar estos resultados porque la realidad del atletismo español es fiel reflejo de lo acontecido en el Nido de Pájaro.

No hay más cera de la que arde y seguimos agarrándonos como a un clavo ardiendo a actuaciones individuales para intentar maquillar la realidad, pero los dirigentes deportivos de este país tendrán de una vez por todas que ponerse a dar respuesta a las múltiples demandas que se les están planteando desde todos los ámbitos atléticos. No decimos qué se debe analizar porque los análisis están más que hechos por todos los estamentos que componen la familia atlética. Es hora de buscar de una vez soluciones y sobre todo aprender de los errores.

El resumen de la actuación de los nuestros es de sobra conocido, una medalla de oro en marcha y solo dos atletas en posición de finalistas con el quinto puesto de Ruth Beitia. Pero es que solo tres atletas de los 40 que llevábamos lograron pasar la criba de la primera ronda, como fue el caso de la propia Ruth, a los que se sumaron los mediofondistas Kevin López y David Bustos, y lo que es más preocupante, solo el campeón del mundo y otra marchadora, María José Poves, lograron sus mejores marcas. De Daegu 2011 hasta la actualidad no se ha mejorado nada.

El Director Técnico de la Real Federación Española de Atletismo, Ramón Cid, tiró del discurso habitual, pero también puso el dedo en la llaga para decir que muchos atletas no dieron la talla y que ni tan siquiera llegaban en las mejores condiciones, poniendo ya la venda ante lo que se espera en Río y focalizando todo de cara a los Juegos Olímpicos del 2020 haciendo referencia a una buena hornada de atletas que vienen en camino.

Pues entonces, pongámonos ya manos a la obra para que no se pierda una nueva generación. Las soluciones pueden ser múltiples y variadas, algunas muy complicadas, pero otras parten de la propia RFEA y es por esas donde se debe empezar. Los atletas reclaman mejoras y facilidades para poder optar a las becas que se fueron reduciendo drástica y sistemáticamente durante los últimos años, a las que solo tienen acceso muy pocos privilegiados.

Los atletas no tienen medios para poder sufragar los gastos de fisios y médicos. Hasta no hace mucho la federación tenía un seguro deportivo muy amplio con cobertura total para atletas destacados, pero que ahora se tienen que sufragar ellos mismos. No hay mítines de calidad en este país, con lo cual los atletas tienen que viajar por sus medios para poder competir en pruebas de relevancia, algo fundamental para poder tener un nivel competitivo adecuado. Y no siempre pueden acceder a estas pruebas.

Hay que facilitar los medios para que los deportistas puedan hacer concentraciones en altitud, poder compartir experiencias con otros atletas y entrenadores de otros países y viceversa. Que los atletas y entrenadores puedan compartir sus conocimientos con los nuestros. Hay que dejar de nacionalizar, o, como mínimo, poner un tope a atletas de otras nacionalidades que cierran el camino a los nuestros.

Es inconcebible que la propia RFEA evite que las jóvenes promesas puedan acudir a sus campeonatos internacionales donde han conseguido su mínima poniendo ellos unas mínimas en muchos casos leoninas. Necesitamos reinventarnos antes de que sea demasiado tarde.

José Carlos Tuñas es responsable de velocidad de la FGA y técnico del Coruña