La rabia de Alessandra Aguilar al quedarse a un paso de los Juegos de Río

Agencias LA VOZ / REDACCIÓN

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Aguilar, ayudada después de ruzar la meta en Pekín
Aguilar, ayudada después de ruzar la meta en Pekín DIEGO AZUBEL | Efe

La maratoniana gallega no pudo reprimir la emoción después de ser 17ª en Pekín

30 ago 2015 . Actualizado a las 16:29 h.

Con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, la gallega Alessandra Aguilar lamentó el haberse quedado a 58 segundos del billete directo para el maratón de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. «Estaba ahí y se ha escapado. Las quince primeras éramos fijas para Río, sé que tengo buena marca, pero era ya una tranquilidad y hemos trabajado mucho y el resultado final no lo refleja», dijo Aguilar, décimo séptima en los Mundiales de atletismo de Pekín con un tiempo de 2:33:42 horas.

«La maratón es así, unas veces te da grandes alegrías, otras veces normales y otras veces, habiéndote dejado el alma, no lo consigues», continuó la atleta de 37 años. «Río era un objetivo factible y se podía conseguir. He peleado con todas mis fuerzas hasta el último metro. He cruzado la meta habiendo dado más del cien por cien de mí».

A pesar de que ya no tenía casi energía, Aguilar fue recortando tiempo en los últimos kilómetros a la china Changqin Ding, décimo sexta, y a la rusa Alina Prokopeva, décimo quinta. Sin embargo, no le alcanzó. «Me iban diciendo que les iba recortando, yo iba pensando todo el tiempo en Río, pero al final yo iba mal y no iba tan fresca», indicó la gallega en el Estadio Nacional de Pekín «Hasta el kilómetro 34 me veía para luchar entre las 15 primeras, pero ha sido de ir fenomenal a encontrarme el muro de golpe. Los últimos seis o siete kilómetros han sido realmente horribles».

Alessandra Aguilar enía muy claro su objetivo en la maratón de Pekín.  «Quedar entre los 15 primeras estaría muy bien, porque significaría tener todo un año para preparar el maratón de Río», decía en la previa de la cita mundialista, donde no descartaba incluso acabar en puesto de finalista, algo que parecía más complicado por la humedad y la climatología que le espera en la capital china a los largo de los 42 interminables kilómetros.

La atleta etíope Mare Dibaba se impuso en la prueba de maratón en la última jornada del Mundial de Pekín, en un apasionante desenlace que se decidió al esprint en la recta final. Dibaba, la keniata Helah Kiprop y la corredora de Bahréin Eunice Kirwa, nacida en Kenia, entraron juntas en el Nido de Pájaro. Las dos primeras pronto dejaron atrás a la tercera, quien se llevaría el bronce.

Así, en un mano a mano, se decidió la prueba con Dibaba despegándose en los últimos 100 metros para llevarse el oro. La etíope, de 25 años, se proclamó campeona del mundo con un tiempo de 2:27:35.