Spieth aviva el reto del Grand Slam

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

EZRA SHAW | AFP

El campeón del Masters también vence en el US Open, iguala marcas históricas de precocidad y abre las apuestas para cerrar el círculo perfecto con el Abierto Británico y el Campeonato de la PGA

23 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Si el Masters encumbró a Jordan Spieth con una victoria de fuegos artificiales, el US Open, por tradición el más complicado de los grandes torneos de golf, necesitaba un derrotado. Un papel que jugó Dustin Johnson, hundido en el hoyo 18 por tres putts: el primero le privó del triunfo, el segundo le negó el desempate y el tercero ya era irrelevante. Todo será pronto tan solo la letra pequeña de la confirmación de un talento que divide su deporte en dos: Jordan Spieth, el genio de los 21 años, y todos los demás, con permiso de Rory McIlroy.

Chambers Bay, el endemoniado campo de la costa noroeste de Estados Unidos, se volvió más corto el domingo, con solo 6.751 metros, y a la igualdad se unió el espectáculo de los birdies. De los cuatro colíderes que abrieron el domingo empatados, el australiano Jason Day y el sudafricano Branden Grace fueron los primeros en temblar. Aunque el torneo cambió una y mil veces en la última media hora. Spieth imaginó la copa cuando embocó el sutilísimo putt del hoyo 16, que le daba tres golpes de margen sobre Johnson. Pero el 17 igualó todo. Una salida desviada del futuro campeón y un mal putt le concedieron el doble bogey en el mismo green en el que su rival arañó a continuación un golpe al campo. El título se decidiría en la última bandera de Chambers Bay.

La USGA, muy criticada por algunos jugadores por la dificultad del campo, hizo que el hoyo 18 se jugase como un par 5, uno de los recursos que ofrece este recorrido cambiante. Spieth, que iba un partido por delante de Johnson, tuvo un putt para eagle y terminó amarrando un birdie. Cuentas claras. Y Johnson, al que dos tirazos le dejaron a tres metros de bandera, acabó con tres putts en el pelotón de los perdedores. Elegante como siempre hasta hoy, el nuevo campeón contuvo las emociones pese a saber la retahíla de récords que acababa de igualar.

A los 21 años, encadena seguidos el Masters y el US Open, como solo consiguieron hasta ahora Craig Woods, Jack Nicklaus, Arnold Palmer, Ben Hogan y Tiger Woods.

Además, Spieth fue el más joven en ganar dos grandes en el mismo año desde Gene Sarazen (1922), el primero en encadenar los dos primeros majors del año desde Tiger Woods (2002) y también el ganador más joven del US Open desde Bobby Jones (1923). Además, nadie lo había conseguido con un birdie final en el torneo más difícil desde que lo hizo Bobby Jones (1926). «Estos nombres son los más grandes y no me considero uno de ellos. Aunque esta es una buena manera de empezar a dejar huella en este deporte», valoró el campeón.

Como un homenaje al eterno amateur Bobby Jones, el ganador escogió esa marca, la única que desconocía, entre las que acababa de igualar: «Si tengo que elegir, me quedo con haber sido el primero en ganar con un birdie en el hoyo 72 después de Bobby Jones. Quizá no sea bueno decirlo, pero es el logro que más me ha impactado, quizá porque era más consciente de los otros».

El Masters y el US Open le sitúan rumbo al Grand Slam, que pasa por ganar el Open Británico en St. Andrews y el Campeonato de la PGA en Whistling Straits. Su patrón de juego, tan versátil, le da opciones en ambos.

Guiño a St. Andrews y a Woods

Spieth llenó su discurso de guiños, uno de ellos hacia el público británico, cuando recordó su visita a St. Andrews de adolescente para jugar la Walker Cup: «Recuerdo estar en el Royal & Ancient viendo cuadros antiguos de la realeza jugando al golf y pensaba: América se descubrió en 1492 y aquí ya estaban jugando».

Otra frase de complicidad la regaló a Tiger Woods, el rey (casi) definitivamente depuesto del golf al referirse a la dificultad que entraña el Grand Slam. «Hemos visto a Tiger ganar su particular grand slam [con títulos seguidos entre 2000 y 2001] cuando ganaba un alto porcentaje de majors, pero nunca pudo ganar los cuatro el mismo año. Imagino que si alguien podía conseguirlo, debería ser él. Todavía puede».