El regreso a Madrid de Montserrat Seara, la esposa gallega de Rafa Benítez

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Montserrat Seara, entre Rafa Benítez y Florentino Pérez
Montserrat Seara, entre Rafa Benítez y Florentino Pérez Emilio Naranjo | Efe

Licenciada cum laude en Derecho, la mujer y sus dos hijas se reunirán de nuevo con el entrenador tras los años de éste en Italia

03 jun 2015 . Actualizado a las 20:11 h.

La presentación emocionada de Rafa Benítez como nuevo entrenador del Real Madrid culminó con una foto de familia: Florentino Pérez posaba junto al técnico y en medio, la esposa de éste, la ourensana Montserrat Seara. Será el regreso de la mujer de Benítez a Madrid, la ciudad donde nació en un hogar «donde se habla gallego siempre». 

Montserrat Seara concedió en el 2004 una entrevista al periodista de La Voz Pablo Gómez. Era la cúspide del éxito de Rafa Benítez con el Valencia. «Conocí a Rafa en un gimnasio de Madrid muy famoso en su época, se llamaba Abasota. Yo iba a entrenar y él era el director», recordaba entonces Seara. La llegada de Benítez al Real Madrid ha sido ya caracaturizada por muchos por el famoso perfil obsesivo y táctico del entrenador ex del Liverpool y del Valencia. «En casa se habla mucho de fútbol, pero yo casi siempre sólo escucho porque no entiendo mucho. Llegar a saber tanto de fútbol como Rafa es complicado», alababa Seara en el 2004. 

La ourensana siguió a Benítez primero a Valencia y después a Liverpool. En Inglaterra crecieron las dos hijas de la pareja, Claudia (16 años) y Ágata (12). Después, Benítez se fue a Italia pero Seara y las niñas permanecieron en Liverpool, donde la gallega realizó trabajos de activismo, según Vanitatis. «Procuro seguir a Rafa donde vaya. Cuando te casas con un entrenador de fútbol, sabes que vas a llevar una vida un poco nómada. Además, soy gallega y creo que los gallegos tenemos el alma viajera», decía Seara en el 2004.

Ahora, la pareja y sus dos hijas se reunirán en Madrid después de que Benítez firmara tres años de contrato con el equipo de su vida. Pero Montserrat Seara aún tendría un deseo que cumplir si atendemos a lo que dijo en el 2004: «Para vivir, Galicia, pero no puede ser...».