Messi vuelve loco al Athletic y conduce al Barcelona a la Copa del Rey

Colpisa

DEPORTES

Albert Gea | Reuters

Un gol estratosférico del argentino, que firmó un doblete, quiebra la resistencia del Athletic y da el segundo título de la temporada para el conjunto azulgrana

15 oct 2015 . Actualizado a las 18:57 h.

Messi no hace prisioneros. Un golazo del argentino destinado a la historia de la Copa del Rey acabó con la resistencia del Athletic y encaminó el título del Barcelona, que se impuso en la final por 1-3 [Así lo contamos], con doblete del argentino y otro tanto de Neymar. El Barça se adjudicó así su vigésimo séptimo título copero para aumentar la ventaja como equipo más laureado en esta competición. En el minuto 20, Messi se escapó del marcaje individual de Balenziaga por la banda derecha, sorteó a cuatro jugadores del Athletic y anotó con la zurda muy ajustado al palo para abrir el marcador en una espectacular acción individual. El segundo tanto llegó en el minuto 36 al marcar a puerta vacía el brasileño Neymar a pase desde la derecha de Luis Suárez, en otra acción inciada por Messi y asistida brillantemente por Rakitic. Ya en la segunda parte, Messi aumentó la diferencia al anticiparse a la defensa del Athletic en el área pequeña en un pase desde la derecha del brasileño Dani Alves. El consuelo a su empeño lo encontró el Athletic en el 79 cuando Iñaki Williams peinó muy bien el balón pegado al palo donde no pudo llegar el portero Ter Stegen.

El Barcelona se mueve a velocidad supersónica, inalcanzable para el resto de los humanos. Leo Messi, el mejor jugador del mundo, lideró a un equipo que gracias a sus otros miembros del tridente completó una actuación para la historia. La Copa era un objetivo clave para el gran reto de este Barça total de Luis Enrique, porque salió con una idea clara en la cabeza: «Sin doblete no hay triplete». Messi, que sólo se ha quedado sin marcar en tres de sus finales con la camiseta azulgrana, decidió que el asunto debía resolverlo él. Y lo hizo rápido, como todo sucede en este vertiginoso conjunto, sujetado por una defensa solvente y un centro del campo inteligente para aprovechar las carreras de tres de los mejores cinco futbolistas del mundo. Poco se le puede reprochar al Athletic, que en su tercera batalla con los azulgrana en sólo seis años compitió. Fue agresivo y siempre quiso llegar arriba, pero no siempre pudo como deseaba su fiel hinchada. Brilló Williams, valiente, y que fue el reflejo de la pasión de su afición.

Pie de foto. Firma

El Athletic aprendió en el 2012 que no hacía faltar salir campeón para no decepcionar. Y así se presentó en Barcelona, sin miedo y aferrado incluso al aspecto psicológico de ser el local, cambiar el campo y contar con más apoyos en las tribunas. Valverde apostó por su sistema clásico, pese a que estuvo tentado a iniciar con cinco atrás. Le solicitó a Balenziaga un seguimiento especial a Messi y fracasó en semejante misión. Los corazones midieron su fortaleza en el minuto 9. Primero Ter Stegen estuvo a punto de cometer un error brutal que permitiese adelantar a los vascos, pero Williams no pudo aprovecharlo ya que Mascherano estuvo más rápido. Acto seguido, como si de un calambrazo se tratase, Neymar marcó en un balón a la espalda de Bustinza, la apuesta del Txingurri por De Marcos. La posición era límite, pero la televisión demostró que arrancó más atrás de su marcador. El no gol agitó a Luis Suárez, que obligó a Herrerin a realizar su primera parada con el pie. Sufría el Athletic atrás, por eso presionaba arriba para que la bola no estuviese cerca de su área. Una acción, pasado el cuarto de hora, espoleó a todos. Messi empezó a hacer cabriolas ante Balenziaga, que consiguió de modo milagroso que la bola terminase en saque de banda a favor. El argentino, que sufría la agresividad del lateral, se enfadó y contestó con un gol de leyenda. De esos que es cuando alguien quiere explicarlo, acaba dimitiendo y buscando el modo de verlo en imágenes.

Un gol para el recuerdo

Arrancó Messi pegado a la cal ya en su campo, se fue de Balenziaga, dos veces, sorteó a Beñat y Rico, que amagó con cazarlo por detrás, para entrar en el área; irse de Laporte con un amago y soltar un zurdazo por el palo corto de Herrerín. Messi, por tercera final, asestó un golpe mortal al Athletic. El tanto dejó tocado al Athletic y Herrerin sacó una buena mano tras un pase de la muerte de Suárez hacia Neymar. Después otra de reflejos en un remate conjunto entre Piqué y Neymar que acabó en córner. El brasileño quería su gol y uno de sus remates volvió a pegar en la red, esta vez por fuera. Merodeaba el segundo, que pudo ser un centro de Alba al que nadie llegó, ya que los vascos poco más que achicar agua y pescar alguna a balón parado cuando lograban estirarse. Una pelota colgada por Beñat botó tras rozarla Aduriz demasiado elevada para que Iraola la aprovechase en el segundo palo. Esa fue la opción vasca de meterse de nuevo en la final, porque acto seguido Neymar culminó una acción colectiva entre Messi, Rakitic y Suárez, cuyo desmarque al borde del fuera de juego hizo posible que el brasileño rematase a puerta vacía.

No bajó los brazos el Athletic, que aprovechando la calidad de Iraola y la velocidad de Williams remató al larguero. Ver acercarse al rival debió molestar a Messi, que mandó un golpe franco a la escuadra pero Herrerín evitó que la final llegase totalmente decidida al descanso. 

Williams, esperanza vasca

Alberto Estévez | Efe

El Barcelona compareció con una actitud más relajada de inicio, como si de modo inconsciente la mente hubiese recordado que en una semana estaría en el Olímpico de Berlín. El Athletic forzó dos córners y una falta lateral que hizo torcer el gesto a Luis Enrique. Buscó en su banquillo al mejor jugador español de la historia para que hiciese su último trabajo como azulgrana en el Camp Nou. Se llevó la ovación unánime del estadio, después de la afición rojiblanca volviese a castigar con silbidos a Iniesta por exagerar una acción que supuso una roja a Amorebieta hace ya más de lustro. Tiempo suficiente para cerrar heridas y centrarse en otros asuntos.

El otro momento emotivo de la noche lo dejó Andoni Iraola, el penúltimo romántico que puso punto y final a una brillante carrera en el Athlétic sin la guinda de un título que merecía. Los minutos corrían a favor del Barcelona, que desde la entrada de 'Pelopo', inteligente hasta para evitar conflictos, era amo y señor del duelo. En un chispazo, Alves llegó a la línea de fondo y la puso al corazón del área. Allí Messi se adelantó a tres defensas vascos y con la puntera superó a Herrerin. Demostró ser el más rápido. Si el mejor del mundo es también el más rápido, no hay nadie en el mundo que pueda frenarle.

Al menos entres los equipos de la Liga. El Athletic sacó orgullo y Williams, el mejor de los vascos, demostró acierto además de velocidad y desparpajo. Su gol, aprovechando un pase de Ibai, fue lo más destacable de una final que no pudo acabar sin la ya habitual trifulca generada por Neymar y sus actitudes con el rival. Su rendimiento es extraordinario, con él ya son 119 los goles del tridente, pero abre una pequeña interrogante sobre si la Juventus podrá aprovechar su fragilidad mental para sacar provecho y evitar otro histórico triplete azulgrana. Lo normal es con Messi y la inteligencia de Xavi baste. 

Athletic: Herrerín, Bustinza, Etxeita, Laporte, Balenziaga, Iraola (Susaeta, min. 57), San José, Beñat (Iturraspe, min. 74), Mikel Rico (Ibai, min. 55), Williams y Aduriz.

FC Barcelona: Ter Stegen, Alves, Mascherano, Piqué, Jordi Alba (Xavi, min. 76), Busquets, Rakitic, Iniesta (Xavi, min. 55), Messi, Luis Suárez y Neymar.

Árbitro: Velasco Carballo (Madrileño). Amonestó a Piqué, Iraola, Balenziaga, Williams, Bustinza, Neymar y Busquets.

Goles: 0-1. min 19, Messi. 0-2. min 36, Neymar. 0-3. min 73, Messi. 1-3. min 79, Williams.