La verdad sobre Florentino

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

DEPORTES

26 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin discurso. Desganado. Eludiendo las respuestas. Apagado. Sin energía. Desagradable. De mal café. Florentino Pérez no estuvo ayer a la altura en la rueda de prensa en la que informó de la decisión de relevar a Carlo Ancelotti de su puesto como técnico del Real Madrid. Se lo carga porque «el Madrid necesita un nuevo impulso». Lo hace contra la opinión de la mayoría de los aficionados merengues, contra la opinión de la crítica y en contra de la propia plantilla, incluida su megaestrella Cristiano Ronaldo.

Florentino añade una nueva muesca a su ya largo repertorio y carga así la responsabilidad de un año sin títulos de fuste sobre las espaldas del técnico italiano que el año anterior le había entregado la décima. Culpa a Carlo de su propio fracaso. Y lo hace bajo la excusa de que «en un club como el Madrid la exigencia es máxima». Curioso lo de Pérez, que lo mismo eleva al infinito el nivel de exigencia sobre los técnicos, mientras lo baja a ras de suelo cuando de valorar su propio trabajo se trata. Porque si Ancelotti es destituido por no haber ganado título alguno, ¿qué habría que hacer con un presidente que en doce años al frente de la entidad solo ha obtenido siete de los 36 grandes trofeos en juego? Además, desde que Florentino dirige el Madrid el Barça le supera con nueve celebraciones que pueden ser once si gana la Copa y la Champions de este año. Y, por si fuera poco, para todo ello ha invertido unos mil doscientos millones de euros en fichajes de futbolistas, unos doscientos mil millones de pesetas. Es decir, que en la gestión de Pérez pesa más el despilfarro que el brillo de los títulos conquistados.

Con la destitución de Ancelotti, el dirigente se ha metido en un problema muy serio. Lo ha hecho a contracorriente y eso significa que arrancará la próxima temporada sin opción alguna al fallo. Si las cosas salen mal, los cañones no apuntarán hacia quien ocupe el banquillo blanco. Quizá, en ese momento, el madridismo le recuerde a Florentino Pérez la verdad de su gestión.