La pontevedresa aseguró su pasaporte al Mundial de Kazán al lograr el segundo tiempo en el 800 libre en el Open de Málaga
28 mar 2015 . Actualizado a las 23:18 h.Ya había dado muestras a principios de marzo de que se encontraba en un gran momento de forma. En el Meeting Internacional de Marsella, Bea Gómez consiguió colgarse la plata en el 800 libre por delante de una de las reinas de la natación actual, la húngara Hosszu. En aquella ocasión, todavía a pleno volumen de entrenamientos, su registro (8.32,14) ya fue inferior a la mínima (8.33,42) exigida para poder viajar este verano al Mundial de Kazán. Sin embargo, debía refrendarla hoy en el Open de Málaga y además quedar entre las dos primeras ?el número de plazas que España tiene por distancia?. La pontevedresa no tuvo problemas para lograrlo y aseguró su primer pasaporte para la cita planetaria.
En una salida lenta, la ribeirense María Vilas y Bea Gómez comenzaron a comandar una prueba en la que la principal favorita, Mireai Belmonte, parecía desplazarse por la lámina de agua de la piscina olímpica en un discreto segundo plano. El pulso entre las gallegas subió de nivel a los 250 metros cuando Vilas avivó la cadencia de sus brazadas hasta que poco después del 400 sorprendentemente se desmoronó, comenzó a perder fuelle justo en el preciso momento en el que Mireia se lanzó a pleno pulmón. Bea aguantó el envite durante un buen trecho, pero el empuje de la medallista olímpica se le hizo demasiado. Pese a todo, los tiempos de la serie no fueron brillantes. Belmonte tocó la pared con 8.28,53; Gómez, con 8.31,54; y Vilas, con 8.38,09.
«Estoy contenta porque el resultado me vale para clasificarme para el Mundial, pero la marca no me deja del todo satisfecha», comentó Bea Gómez, poco después de terminar el 800. «Comenzamos demasiado lentas, luego tratamos de acelerar, pero no fue cómo esperábamos. Ahora hay que seguir trabajando y puliendo detalles», comentó la nadadora gallega.