Los granates, líderes destacados de la liga, visitan el campo del colista, el Bertamiráns, que matemáticamente ha consumado su descenso de categoría
27 mar 2015 . Actualizado a las 20:28 h.Por primera vez en esta liga el Bertamiráns solo se juega la honra de firmar un buen papel ante su oponente. El cuadro santiagués estrena su condición de recién descendido de forma matemática ante el líder en lo que supone una nueva etapa del club aurinegro.
La pésima temporada en cuanto a números se refiere no está tan íntimamente ligada como pueda parecer con el juego exhibido. Cierto es que al bloque compostelano le faltan piezas que marquen la diferencia, pero han vendido más de una vez cara su piel en las derrotas.
El Pontevedra se enfrenta este domingo (17 horas) a un partido incómodo. Repetir, de nuevo, que no hay que fiarse del rival, por pequeño que sea -o por descendido que esté- ya no sorprende a nadie, pero lo cierto es que ahora el Bertamiráns sí que ya no se juega absolutamente nada. No hay presión. Caer derrotado ante su público frente al mejor bloque de la categoría está casi presupuestado y todo lo que no sea encajar varios goles se podría incluso celebrar.
Esa es su mayor ventaja y el gran temor que ronda la actualidad granate. Es la situación idílica sobre el papel pero que se puede convertir en un auténtico infierno si las piezas no funcionan perfectamente engrasadas.
Luisito se desgañita para que todas las alarmas estén activadas, ya que un tropiezo en casa del farolillo rojo rompería muchas quinielas para asegurarse la primera plaza del grupo antes de tiempo.
Caminos que se separan
Los aurinegros buscan disfrutar de un partido que tardarán bastante tiempo en poder reeditar. De entrada, el próximo curso tendrán que militar en la Regional Preferente Norte, mientras que los planes del Pontevedra pasan única y exclusivamente por jugar en Segunda B.
Virtualmente existen dos categorías de distancia entre ambos contendientes. Es probablemente el duelo más desigual de todos los posibles ahora mismo en la liga de Tercera y mientras los anfitriones quieren que esa idea no tome cuerpo, los visitantes pretenden sacar todo su arsenal, y si es posible, resolver el trance por la vía rápida, sin lesiones y con el mayor número de goles posibles para no sufrir en la recta final del encuentro.
El Bertamiráns sabe que si el duelo se celebrase en Pasarón (como en la primera vuelta, donde salieron goleados por 3-0), tendrían ínfimas posibilidades de lograr la gesta. Sin embargo, jugar en un campo pequeño como el municipal santiagués resta puntos de favoritismo granate y equipara a ambos en varios aspectos.
Es probable que no sea el encuentro más atractivo de todos los posibles, pero es que la premisa será luchar para traer los tres puntos y no sufrir.