El mejor olímpico abandona agotado

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

RAMON LEIRO

El COE anuncia el adiós de Cal, máximo medallista español en los Juegos, alejado de su forma óptima

26 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

David Cal abandona agotado. El gigante de Hío, con el mejor palmarés de la historia del olimpismo español, no encuentra la motivación para completar los 17 exigentes meses hasta completar la preparación para los Juegos de Río del 2016, según confirmó el Comité Olímpico Español (COE). Huérfano de estímulos, primero decidió cancelar su regreso a Brasil, donde se ejercita desde hace un par de años junto a su entrenador de siempre, Suso Morlán, y el martes formalizó su retirada en una conversación con el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco. La Real Federación Española de Piragüismo (RFEP) asegura que quería brindarle unas condiciones de entrenamiento en su país que permitiesen su preparación, pero Cal declinó la propuesta.

Oro y plata en Atenas 2004, doble subcampeón en Pekín 2008 y segundo en Londres 2012, Cal dio un giro radical a su vida en el 2013. Decidió seguir a Morlán, contratado por la federación brasileña para pulir el equipo masculino de canoas para Río 2016. Una elección arriesgada, basada en la idea de que un cambio de aires y los entrenamientos en grupo quebrarían la rutina de lustros con el mismo plan. No fue así.

Los resultados se resintieron, aunque siempre se supeditó la preparación de Cal a los Juegos. El canoísta se vio obligado a continuos viajes trasatlánticos, al carecer de permiso de trabajo en Brasil. Según varias fuentes, su entrenador le pidió este invierno un mayor rendimiento, dado que la federación brasileña costeaba su estancia en el país. El 20 de febrero, el papel del canoísta en el control previo al Europeo fue pobre, aunque no buscaba una plaza para ese campeonato. Morlán solicitó que se le sometiese a una prueba de esfuerzo y pidió a personas de su confianza que motivasen a Cal. El ánimo del canoísta se fue resintiendo, según algunas fuentes.

Pesaba 101 kilos, un registro elevado, y los parámetros de las pruebas de esfuerzo eran algo inferiores a los habituales. Es decir, estaba fuera de forma, aunque tenía margen para progresar hacia una final olímpica.

El presidente de la RFEP, Juan José Román Mangas, recibió un escrito en el que Morán avanzaba que el rendimiento del canoísta le dejaba sin plaza en la residencia de concentración en Brasil, que ocuparía un deportista sub-23 local. Según el dirigente federativo, pidió aclaraciones para buscar otro acomodo a Cal, pero no recibió respuesta.

Su regreso a Brasil se retrasó. Cal entrenaba solo en Pontevedra. Una situación precaria para el olímpico español más laureado. No llegó a pedir colaboración. Pero cuando conoció el análisis por escrito de su entrenador de siempre, pidió que se cancelase su regreso a Brasil. Se encerró en sí mismo hasta que Blanco le preguntó por su situación.

La madre del deportista, María José Figueroa, negó diferencias entre su hijo y el técnico. Algunos próximos esperan aún convencer al canoísta para que siga en activo y lamentan los tiempos manejados por el COE para anunciar el adiós y hasta un homenaje el 13 de abril. Esta redacción intentó, sin éxito, recabar la versión de Cal y Morlán.