Bolt corre sin avisar y gana un 400

La Voz AGENCIAS / REDACCIÓN

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PETR JOSEK | Reuters

Participa por sorpresa en una cita en Kingston y se anota su primer triunfo del año

16 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Correr sin avisar. Eso fue lo que hizo Usain Bolt en el estadio nacional de Kinsgton, el templo caribeño de la velocidad, en la jornada de ayer. Dos años después decidió correr un 400, en el Foster Classic, que además era su primera competición individual de una temporada señalada como importante. Lo hizo con una cómoda victoria, dominando de principio a fin, aunque lejos de su mejor marca en la distancia.

Bolt corrió la prueba de la vuelta al estadio con espíritu de un 100. Saliendo fuerte, marcando el ritmo y administrando su considerable ventaja en la última recta. Terminó marcando un registro de 46s 37d, a una respetable distancia de los 45,28 que ocho años después siguen siendo su mejor marca en el 400, pero ligeramente mejor que su registro del 2013, la última referencia (46,44 segundos).

«Estaba un poco nervioso y simplemente quería correr. Ver lo rápido que estaba», comentó el plusmarquista mundial de los 100, 200 y el relevo 4x100 a la prensa local después de la victoria. Usain dijo sentirse feliz con el tiempo y las sensaciones, una buena noticia de cara al próximo verano. «Doy gracias por una carrera de 400 sin lesiones», comentó después en las redes sociales.

El triunfo viene además después de su primer revés en el relevo 4x100, también en la misma pista, y en la que había sido su única comparecencia atlética en este arranque de temporada. Aunque de un rango menor, esa prueba de relevos había dejado un ambiente de cierta duda después de un 2014 discreto en donde las molestias físicas apenas le dejaron correr.

Este primer triunfo de la temporada es un aval de cara a las citas de la Golden League que le esperarán en el verano y sobre todo, de cara al Mundial de Pekín del mes de agosto, su última gran cita antes de afrontar los Juegos Olímpicos de Río. En estos dos años, el Relámpago, de 28 años, tiene que alimentar toda la leyenda que se ha venido forjando desde su extraordinaria irrupción en los Juegos de Pekín en el año 2008.