El Real Madrid pierde fuelle en el 2015

Antón S. Rodríguez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Marcelo del Pozo | Reuters

Eliminado de la Copa y tras caer en Valencia, gana con apuros ante los de abajo

27 ene 2015 . Actualizado a las 04:46 h.

Fue el campeón de invierno, sigue primero, aún puede ampliar su ventaja con la cita pendiente ante el Sevilla, acaba de ganar su último partido, es favorito para hacerlo de nuevo esta semana ante la Real Sociedad. Pero desde el cambio de año, el Real Madrid no se gusta. La palabra crisis se ha inoculado por su juego y varios resultados. Iba lanzado a un récord de victorias consecutivas pero desde que alzó el Mundialito en Marruecos suda cada triunfo esté quien esté delante. Como ejemplo, el pasado sábado ante el Córdoba. Un penalti a dos minutos del final evitó la inminente tragedia de la pérdida del liderato. El Arcángel se alió con los blancos. Pero el Madrid está empezando a mendigar la suerte con más frecuencia de la esperada en una entidad de su categoría y presupuesto. ¿En qué parcela del campo sufre más el líder? El Real Madrid inició su temporada con un trastorno de última hora. Xabi Alonso anunciaba su marcha a Múnich, y la duda quedaba junto a Toni Kroos en el centro del campo, el área cerebral donde se diseñan el ataque y la defensa. Modric satisfizo las demandas de Carlo Ancelotti, que también apostó por un Isco, quien aprovechó a la perfección su tiempo. Pero, lesionados ambos, este fin de semana en Córdoba quedó claro que Khedira no es la solución ni ante uno de los colistas. El brasileño Lucas Silva se incorpora desde hoy para reforzar esa zona sensible. Por otro lado, en defensa el bagaje blanco puede estimarse correcto, con 16 goles en contra en Liga. Pero el Barcelona, que respira en la nuca del Madrid a solo un punto pese a su espiral de crisis administrativa y de empatías convulsas en el vestuario, le ha demostrado que aún se puede defender mucho mejor. Ha encajado nueve goles. ¿Afecta la eliminación copera ante el Atlético? La Copa ya no es un trofeo importante en Madrid. Porque ya no aspira a ella. En cambio, fue su fiesta dos veces en los últimos cuatro años, con sendas victorias sobre el Barça. Pero el torneo del ko ha ratificado en unos pocos días otra realidad para los de Ancelotti: su vecino, el Atlético, le tiene tomada la medida después de los cinco partidos de esta temporada. En el 2015 el Madrid se ha quedado fuera de la Copa pero lo que más escuece es que la eliminatoria nunca fue igualada. Tras la derrota por 2-0 en el Calderón, el entorno de Chamartín apeló a la épica y al factor emotivo para seguir con vida en la competición. Pero hasta en ese aspecto sentimental se imponía el Atlético en el partido de vuelta. Los rojiblancos se adelantarían hasta en dos ocasiones, ambos tantos obra de Fernando Torres, recién llegado a su casa. La eliminación de la Copa no fue el primer traspié del año. Entre la Nochevieja y el día de Reyes, los de Ancelotti eran arrollados por el Valencia pese a adelantarse en Mestalla. Ese día saltaron las alarmas. ¿Atraviesa el Madrid un mal momento físico? Al hilo de la eliminación copera, el entrenador Carlo Ancelotti señaló que salirse de la agenda de la Copa era una ventaja. Esta semana apuntó que su equipo «va a mejorar su perfil físico», al tiempo que dio a entender que el menor nivel de fuerza es algo premeditado, como el atleta que renuncia a estar hoy al máximo nivel pensando en los próximos Juegos Olímpicos. «No hemos perdido ritmo de competición porque hemos tenido intensidad en los entrenamientos», añade. ¿Pasará factura el individualismo de Ronaldo? El reciente paso del Espanyol por el Bernabéu dejó una victoria local por 3-0. Pero en la historia de aquel encuentro sobresalió la reacción de Ronaldo con su compañero Bale, por no pasarle el balón en una clara ocasión de gol. Con aquel gesto, Cristiano provocó los pitos de la grada sobre el galés. Si bien su momento de forma es extraordinario, con casi treinta goles en media campaña de Liga, también está acumulando sombras este mismo año. Justo después de aquel partido contra los periquitos, el portugués recogió el Balón de Oro con un grito entre estridente y primitivo que refuerza su carácter individualista. Anteayer, contra el Córdoba, Ronaldo jugó uno de sus peores partidos de la temporada y, lejos de contribuir a la victoria, se borró hasta acabar expulsado con un feo e innecesario gesto, una agresión al brasileño Edimar que le valió la tarjeta roja directa cuando faltaban ocho minutos y su equipo empataba. Quizá Ronaldo sea una muestra del universo al que pertenece, el Real Madrid, un talento increíble pero que puede comprometer la consecución de los objetivos si se esconde con demasiada frecuencia. Análisis real Madrid