Cuanto más se echa la vista atrás, más argumentos se encuentran para creer en esa recuperación milagrosa de Nadal en Melbourne. Porque la carrera del mallorquín se encuentra repleta de hazañas, sorpresas y regresos a lo grande después de situaciones delicadas que pusieron en jaque su carrera.
Mientras, el ránking, ese termómetro de la regularidad de los últimos 12 meses, también lanza una amenaza a Nadal. Nishikori podría arrebatarle el número tres de la clasificación, y también Murray, Berdych y Raonic con combinaciones de resultados algo más complejas. Pero el español no se aparta de su camino, consciente del único camino que le devuelva a la cima. «Mi principal objetivo es el entrenamiento de mañana», acaba de recordarle a L'Equipe. Palabra de Nadal, desde el trabajo, otra vez contra la lógica.