El Durán Maquinaria Lourenzá aplicó la ley del más fuerte y sumó otra victoria a costa del Universidad de Burgos para seguir al frente de la clasificación, pero su técnico no se fue del duelo excesivamente contento. Su equipo ganó por inercia más que por méritos.
El cuadro castellano le puso la victoria en bandeja a las locales porque, así como en defensa exhibía orden, disciplina y coraje, en ataque mostraba una inusitada torpeza que le impedía estrechar las diferencias en el luminoso. El Lourenzá, impreciso, sufrió más de lo previsto en los dos primeros cuartos y cerró el partido tras el descanso, apoyado en la capacidad anotadora de Rocío Varela, Raquel Asensio y Tamara Montero. Entre estas tres jugadoras se repartieron 59 de los 65 puntos que marcó el conjunto laurentino a lo largo de los 40 minutos.