Convivía con Lucía en las cercanías de la plaza del Humor, donde ayer hubo algunos locales en los que se produjeron emocionados brindis en su memoria tras conocerse la noticia de su fallecimiento en el transcurso de la pelea ocurrida a orillas del Manzanares. Con Lucía, que ayer a primer hora de la tarde, junto con una amiga, se desplazó al hospital de Madrid en el que falleció Romero Taboada, tenía un hijo de cuatro años junto al que era fácil verle jugando. No es la única descendencia que no verá crecer. Tenía también una hija, ya de diecinueve años, fruto de una relación anterior, según indicaron fuentes cercanas a su propia familia al conocer el fatal desenlace de la pelea en Madrid y leer en los primeros teletipos que solo tenía un vástago.
En su listado de detenciones anteriores figura, según la información en poder del Cuerpo Nacional de Policía, otro episodio relacionado con enfrentamientos entre hinchadas radicales ocurrido en A Coruña. «No es que fuera un tío especialmente violento. Se le veía más retraído, pero cuando había bofetadas siempre se ponía en primera fila», relata un antiguo compañero de correrías que asegura haber coincidido con Jimmy en refriegas parecidas en lugares tan dispares como Gijón o Sevilla, que se saldaron con numerosos heridos y varios detenidos aunque en aquellas ocasiones no hubo que lamentar víctimas mortales.