Pedro Manonelles: «Sospechamos que pronto aumentará el dopaje genético»

Paulo Alonso Lois
paulo alonso lois REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

CESAR QUIAN

El Ágora de A Coruña alberga hasta mañana una cita de referencia

28 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ágora de A Coruña acoge hasta mañana el Congreso Nacional de la Federación Española de Medicina del Deporte (Femede). El programa abarca temas de la élite a los populares. El presidente de la Femede, Pedro Manonelles, destaca que, por ejemplo, el auge del running ahorra miles de euros a la sanidad pública. «En nuestra sociedad apenas hay trabajos con gastos calóricos altos, disponemos de más alimento que nunca y aumentan la obesidad, la hipertensión y la hipercolesterolemia. Debemos convencer a la población para practicar ejercicio, un ahorro, para la sanidad y la sociedad, que no se reconoce».

-El congreso habla hoy del vendaje neuromuscular o «kinesiotape», las tiras de colores que lucen muchos atletas. ¿Está probada su eficacia médica?

-No hay evidencias científicas, entendidas como una altísima demostración de efectividad. Pero sí hay indicaciones y la certeza clínica de que parece que funciona bastante bien. Algunos trabajos pequeños hablan de beneficios.

-Otro tema de moda, la aplicación de células madre para recuperar lesiones.

-Hay evidencias científicas sobre su uso, pero también sabemos que en determinadas circunstancias no funcionan. Ahora se está investigando mucho para dar indicaciones precisas de utilización, porque su efectividad varía en función de muchos parámetros. El doctor Rafael Arriaza sabe mucho sobre este tema.

-¿Detectan alguna moda peligrosa entre deportistas populares?

-Nos preocupa el avance de la utilización del dopaje genético, algo fuera del alcance del deportista popular. Entre estos crece el uso de sustancias para aumentar masa muscular, y el número de personas con vigorexia al mezclar la actividad física de forma compulsiva, una determinada dieta y el uso de anabolizantes. Y este es un problema serio de salud para la sociedad. Los datos los constatan los servicios de hepatología de los hospitales, con más ingresos, incrementos desmesurados en algún caso.

-Hablaba del dopaje genético. ¿Sospechan de su avance?

-Sospechamos que pronto aumentará el dopaje genético. Aún no es masivo, no sabemos cuanto se utiliza. Algunas técnicas ya están disponibles, como la inhibición de la miostatina, una proteína que limita el crecimiento muscular. De esta forma el músculo empieza a crecer desmesuradamente. Esa técnica se usa en vacas, terneros o perros, pero cabe la posibilidad de que se transfiera al hombre. Las trampas irán por ahí: manipular un grupo de células, un grupo de genes que provoquen una alteración del rendimiento. Se podrían usar genes que aumenten la producción de eritropoyetina en el riñón, algo muy tentador porque no supone meter sustancias detectables, sino que se manipula una parte del bagaje genético de la persona.

-¿Mejora la imagen exterior de la lucha contra el dopaje en España, que se veía muy laxa?

-La percepción creo que se corresponde más con nuestro país. Todos los estados tienen sus problemas relacionados con el dopaje. Pero aquí quizá hubo decisiones que nos pusieron en una situación delicada a nivel internacional. Y luego tenemos muy buenos deportistas, y al resto no le gusta perder. Si fuésemos un país intrascendente, no hablarían de nosotros. Aquí se descubrieron elementos que lo practicaban, pero también en otros sitios.

-¿Ahora se lucha más y mejor contra el dopaje en España?

-Siempre se ha luchado, pero la nueva ley permite adecuar mejor la normativa internacional. Había una ley del dopaje del 2006 que fue efectiva, pero tenía problemas que dificultaban su aplicación. Las sanciones las determinaba la propia federación del deportista implicado. No era lo idóneo, y eso se cambió. En ese aspecto se mejoró.