El entrenador que apaciguó Barraña

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

DEPORTES

MARCOS CREO

Los 34 días que Juan Carlos Andrés lleva en el Boiro han servido para estabilizar a una plantilla frustrada desde el inicio de temporada por los malos resultados

06 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El adiós de Gelucho, entrenador durante los dos últimos años del Boiro, que tuteló el ascenso a Tercera y lo consolidó en la categoría hasta jugar la fase de ascenso a Segunda B, se debió a los malos resultados y a su distanciamiento con una parte de la plantilla, que dejó de creer en él en lo deportivo. El presidente, David Places, no tardó en tener constancia de esta realidad, que empezó a caldearse en las primeras jornadas de liga, coincidiendo con la falta de victorias, lo que motivó la destitución del técnico de Cacheiras.

El relevo fue Juan Carlos Andrés, que el domingo hizo un mes en el banquillo blanco. Un tiempo que se ha caracterizado por su naturalidad para calmar los ánimos revueltos que condicionaban el día a día del equipo de Barraña, que llegó a ocupar la última plaza. Y es que la facilidad de Andrés para hacer que todas las piezas remen en la misma dirección se basa en pequeños y simbólicos gestos.

Lo primero que el nuevo técnico hizo fue hablar con los jugadores, juntos y por separado. Lo segundo fue no levantar la voz para señalar a alguien, ya sea en entrenamientos o partidos oficiales. En definitiva, una actitud renovada que también notan los incondicionales de la grada que cada domingo siguen al Boiro.

La afición, un jugador más

Basta como ejemplo el primer partido de liga como visitante que el nuevo entrenador dirigió en el campo de Alondras y que perdió. Al finalizar, el técnico mandó a los deportistas, que ya estaban en el vestuario, salir al campo para agradecer el ánimo dado a los hinchas que se desplazaron. «Algo que nunca sucedera», explica uno de ellos. Mientras, el entrenador dice: «Es la primera vez que preparo a un equipo con seguidores tan implicados, y eso hay que agradecerlo, se gane o se pierda».

Andrés aprovecha también el repaso a su primer mes en el club para lanzar un capote a su plantilla. Asegura que encontró un vestuario motivado y «con ganas de absorber los nuevos conceptos que queremos aplicar». Al hablar de la directiva lo hace en los mismos términos, y explica que «todos los pequeños cambios que hemos propuesto en este tiempo, y se justificaron, fueron encajados de la mejor forma posible».

La fama de persona tranquila que precede al vigués ya empieza a percibirse en el día a día. Sobre esto, él dice que «llevo diez años trabajando de esta forma y no voy a cambiar ahora. Si lo hago así será por algo y espero continuar durante mucho tiempo».

Avalado por los resultados

La calma que se vive actualmente en el club viene marcada por los resultados, que son más que positivos. Ganó la Copa Federación de Galicia tras imponerse, con Andrés en el vestuario, al Pontevedra en Pasarón, al Órdenes en Vista Alegre y, en la final, al Coruxo de Segunda B. En liga los números también hablan por sí solos: triunfos sobre el As Pontes, en su debut, Cerceda y Bergantiños. Y dos derrotas, una con el Alondras y otra en Pasarón con el Pontevedra con un gol en propia puerta en el minuto 93.

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