Leo Messi cumple una década prodigiosa en el Barcelona a base de récords y liderazgo

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DEPORTES

ALBERT GEA | Reuters

Desde que Rijkaard lo hizo debutar con 17 años, el delantero ha conseguido cuatro Balones de Oro, tres Champions y seis Ligas, entre otros muchos títulos

15 oct 2014 . Actualizado a las 21:20 h.

Leo Messi cumple este jueves una década con la camiseta del Barcelona a base de liderazgo, récords, títulos y Balones de Oro en un club que se agarró al inabarcable talento del argentino para vivir la mejor época de su historia.

Ocurrió un 16 de octubre del 2004. Frank Rijkaard, entonces entrenador del Barcelona, señaló a la figura más pequeña de su banquillo y le ordenó entrar en el campo para jugar los últimos ocho minutos del clásico catalán ante el Espanyol. Aquel Barça-Espanyol fue el comienzo de la leyenda de Leo Messi. Con 17 años, 3 meses y 22 días, Messi se convirtió entonces en el segundo jugador más joven en debutar con la camiseta del primer equipo. Salvo por ese detalle, el debut no llamó demasiado la atención de la prensa. El argentino, lleno de orgullo, reservó la camiseta para su madre, Celia Cuccittini, quien presenció el partido desde Argentina.

Su debut fue el final de una travesía, dolorosa en muchos momentos para un Leo Messi que con 13 años abandonó su Rosario natal para viajar a Barcelona e incorporarse a La Masía, la fábrica de talentos del club azulgrana. Dejó atrás el barrio, los amigos y las fotografías de su habitación con los ídolos del balón a quienes admiraba. Fue tan duro como puede ser la distancia para un niño.

Pero a Leo Messi siempre le quedó el balón. Ahora, diez años después, todo ese esfuerzo mereció la pena. A sus 27 años, Leo Messi es una de las grandes figuras de la historia del fútbol, una leyenda cimentada en un enorme número de récords y títulos.

«Messi es Maradona todos los días», lo definió el ex futbolista argentino Jorge Valdano, admirado por la capacidad del «10» azulgrana para encadenar partidos de gran calidad durante tantos años.

Leo Messi cuenta con cuatro Balones de Oro, tres Ligas de Campeones, seis Ligas españolas y tres «Pichichis» como máximo goleador del torneo español, entre otros muchos títulos colectivos e individuales. En total, cuenta 21 títulos con la camiseta del Barcelona, con la que celebró 361 goles. Y los récords seguirán cayendo: está a tres goles de superar los 251 tantos de Telmo Zarra y convertirse en el máximo realizador de la historia de la Liga española. Podría lograrlo el 25 de octubre en el Santiago Bernabéu durante el superclásico ante el Real Madrid.

Diez años dan para muchos cambios, tanto futbolísticos como personales. El niño apocado, casi mudo, viste hoy con Dolce & Gabanna, se corta el pelo con cuidado, luce un tatuaje en su pierna izquierda, es padre de un niño, escribe en las redes sociales y opina -¿decide?- en varias de las cuestiones trascendentes de su club.

En el campo, Messi también es diferente a aquel que debutó. Si entonces actuaba prácticamente como un extremo, hoy es un «jugador total», un delantero que abarca casi todas las posiciones de vanguardia, asiste y, por supuesto, sigue marcando.

El argentino debe buena parte de lo que es futbolísticamente a Josep Guardiola. El actual entrenador del Bayern Múnich revolucionó el mundo del fútbol no sólo gracias a su gestión del Barcelona entre 2007 y 2012, sino también a su «visión» sobre Messi. Los hinchas del Barcelona todavía recuerdan aquel 27 de enero de 2008, cuando el equipo azulgrana humilló al Real Madrid con un triunfo 6-2 en el Santiago Bernabéu. Buena parte de ese histórico resultado se debió al tándem formado por Guardiola y Messi. El técnico propuso jugar al argentino como «falso delantero», sin un hueco definido en el ataque, y el Real Madrid quedó paralizado. Fue el partido que simbolizó no sólo un cambio de guardia en el fútbol español, sino también en el fútbol mundial. El Barcelona y Messi, convertido en «falso nueve», pasaron a ser la referencia absoluta durante una larga época.

Ser una estrella mediática y publicitaria le obligó a someterse a un escrutinio público con más asiduidad de lo que le hubiera gustado a su personalidad tímida e introspectiva. En el último año y medio sufrió lesiones musculares, lució más apagado de lo normal sobre el campo, vio cómo Cristiano Ronaldo le «quitaba» el último Balón de Oro y se quedó a las puertas del título mundial con Argentina al perder la final de Brasil 2014 ante Alemania.

«Mientras la gente quiera, seguiré con esta camiseta. Mi intención es retirarme en el Barça. Aquí soy feliz», aseguró no obstante Messi.

Si sigue jugando como en el inicio de temporada, nada indica que el club y los fans vayan a pedirle que se vaya. Parece en plenitud física de nuevo y otra vez motivado. Y, dado que el talento sigue ahí, vuelve a tener el futuro en sus pies.