La Copa del Rey supone un lastre económico y un riesgo deportivo

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos LUGO / LA VOZ

DEPORTES

La participación en la Copa del Rey se ha convertido en una sangría económica para la mayoría de equipos, especialmente para los de Segunda A

24 sep 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

La participación en la Copa del Rey se ha convertido en una sangría económica para la mayoría de equipos, especialmente para los de Segunda A, que, además de perder dinero, ven trastocados sus planificaciones deportivas y corren el riesgo de que alguno de sus jugadores resulte lesionado.

En el caso del Lugo los datos de su participación copera este año son elocuentes. En el único partido que disputaron, en casa ante el Alcorcón, ingresaron en taquilla 7.344 euros. Los gastos, por contra, fueron mucho más cuantiosos: entre 9.000 y 10.000 euros en concepto de arbitraje a los que hay que sumar otros 2.000 en concepto de organización. Las arcas rojiblancas perdieron por tanto alrededor de 4.000 euros en un solo partido del torneo copero.

La situación todavía empeorará mucho cuando el cuadro que preside José Bouso tenga que asumir los gastos del partido entre semana que disputarán el 15 de octubre ante el Betis de tercera ronda de la copa. La minuta será similar a la que tuvieron que asumir hace un año cuando el rival en el torneo del K.O fue el Recreativo de Huelva. El club asumió por el viaje de los cerca de treinta integrantes de la expedición 10.000 euros en billetes de ida y vuelva en avión, 1.000 por los autobuses que los trasladaron al campo, al hotel y de regreso a casa y algo más de 3.000 de hotel. La factura supuso casi 15.000 euros y este año no será menor.

Balance negativo

El balance de la participación en copa para el Lugo este año ya asciende a 19.000 euros, de los que recuperará un porcentaje mínimo que aporta la federación Española de Fútbol.

En el caso de que se clasifique se medirá con un equipo de Primera División de los que no compitan en Europa a doble vuelta. Si llegan a esa fase y tienen la suerte de medirse a Deportivo o Celta lograrán algún beneficio, si por contra les corresponde un equipo con escaso tirón y que les obligue a realizar un largo viaje sumarían todavía más pérdidas a las ya conocidas.

En el mejor de los escenarios posibles, pasar una nueva ronda y que sonara la flauta de medirse a Madrid o Barcelona, es cierto que el club ganaría dinero, pero tampoco una cantidad desorbitada. El motivo por el que no obtendrían unos grandes beneficios es el escaso aforo del Ángel Carro, cifrado en 7.500 espectadores. Este número se reduciría en más de mil al tener que dejar un espacio libre sin cubrir para separar las aficiones por ser partido de alto riesgo, regalar un mínimo de 200 entradas a futbolistas de ambos clubes por convenio y atender otros compromiso.

El precio en taquilla tampoco podría ser exagerado y tampoco podrían cobrar lo mismo a menores y adultos. Un cálculo aproximado, cifrando el precio medio de las entradas en 30 euros, supondría para el club ganar alrededor de 150.000 euros. Tampoco hay que olvidar que aumentarían otro tipo de gastos, como el destinado a seguridad privada, obligando al club a contratar a unos 60 agentes en lugar de los 12 que trabajan en un día normal.

A nivel deportivo, los partidos entre semana impiden al técnico preparar en condiciones los compromisos de liga. Tampoco hay que olvidar los riesgos de lesiones y el Lugo lo sabe bien tras perder la pasada campaña durante varios meses a Pablo Álvarez tras romper un dedo en un choque de copa.

«Es bonito jugar la copa, si, es agradable, también, pero económicamente no es la bicoca que la gente piensa y depende mucho de la suerte en los sorteos», manifestó el director general del Lugo, Carlos Mouriz.

El dirigente rojiblanco fue todavía más tajante en calificar como negativa la participación en copa en lo que compete al ámbito deportivo. «La liga son 42 partidos, que ya son muchos y si sumamos la copa la cosa se complica demasiado y nuestro trabajo tiene que centrarse esencialmente en la liga», aclaró Carlos Mouriz.